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El ARCO celebra el arte queer y reivindica a las artistas sin polémicas.

El ARCO celebra el arte queer y reivindica a las artistas sin polémicas.

La pieza más cara de la feria es, hasta el momento, un 'Mirò' de 3,3 millones de euros en la galería Leandro Navarro

MADRID, 5 Mar.

El arte 'queer' y la reivindicación de grandes mujeres artistas serán los protagonistas de una nueva edición de ARCOMadrid, que abre sus puertas este miércoles 6 de marzo, en la que tanto galeristas como artistas parecen rehuir de la polémica de años pasados y en la que la pieza más cara para arrancar es un Miró con un precio de salida de 3,3 millones de euros.

La primera obra que ha llamado la atención antes de abrir las puertas ha sido la de la "primera escultura gay" que se vio en este evento en 1983, 'Manuel' de Rodrigo, y que incluso pudo ser retirada. Ahora, la galería José de la Mano la trae de vuelta con un precio de 80.000 euros, según ha confirmado a Europa Press el galerista.

En esta escultura, Rodrigo habla sobre el amor y el deseo a través de la figura de Manuel, un hombre al que conoció en una piscina pública. No llegaron siquiera a besarse, pero Rodrigo se obsesionó tanto que quiso representarse abrazando al amante platónico, que está completamente desnudo en un primer plano.

Esta historia de amor se convirtió primero en un cómic dibujado por Rodrigo Muñoz Ballester, o solo Rodrigo, dando visibilidad a la comunidad LGTB. El propio artista ha explicado este martes antes de la inauguración que se trata de "un trabajo emocional" al que nunca pensó en "poner precio".

Rodrigo ha recuperado el contacto con el protagonista de su pieza -hace un mes se quedó viudo, ha contado, y estuvo cuidando a su mujer que padece alzheimer los últimos 10 años-. Pese a que la por entonces directora de la feria, Juana de Aizpuru, mostró su rechazo ante una pieza que "no le dejaba dormir", tanto el artista como el propio galerista han explicado que han notado quizás que existen hoy más impedimentos en la sociedad para aceptar figuras tan explícitas.

"En los 80 había más normalidad que ahora, que hemos intentado subir la foto en nuestros perfiles de Instagram y nos han baneado", ha lamentado José de la Mano. Por su parte, Rodrigo ha comentado que el por entonces "escándalo" que generó la escultura fue algo "maravilloso y para nada agresivo". "Instagram es un rollo patatero y a mí ese mundo de Tiktok me da igual, no quiero tenerlo porque lo único que hacen es fusilarte las obras el mundo entero", ha apuntado.

Esta misma galería guarda espacio para más arte 'queer', con artistas como Juan Hidalgo o Carlos Fons Bada, pero de entre todos ellos destacan los míticos 'Costus' de La Movida, con una obra además llamativa. Un joven Carlos Lozano es el protagonista de uno de sus cuadros, 'Niño de Sanlúcar', donde sale retratado con una toalla. "No hemos incluido los bocetos con Carlos desnudo totalmente porque no lo vemos necesario", ha comentado el galerista.

En este stand se encuentra también obra de mujeres Aurèlia Muñoz --reivindicada hace unos años en este mismo espacio cuando "fue un éxito-- y de otra artista como Lola Bosshard, de quien De la Mano llevaba cuatro años detrás de su obra y estuvo a punto de ser abandonada cerca de una peluquería de Valencia porque la autora "decidió tirar todos sus cuadros a la basura.

Más mujeres míticas como Colita se pueden encontrar en la galería Rocío Santa Cruz de Barcelona, donde cuelgan varios tirajes revelados por esta fotógrafo de años entre el 76 y el 78. Por ejemplo, una obra de mayor formato es la de 'Mujeres fregando en la Mezquita', por un precio inicial de 5.000 euros.

Pero aquí también hay obra de Orlan, que inició hace poco una serie de mujeres españolas donde descubrió a Maruja Mallo y toma su cuerpo para hacer un montaje con la que considera "pionera de la performance" --el precio es de 20.000 euros--. Y en este mismo stand se da espacio a un gabinete de fotografía de la mítica fotógrafa Pilar Aymerich, con imágenes de manifestaciones en los años 70 donde la segunda ola feminista ya reivindicaba derechos como el final de la penalización legislativa del adulterio o las violaciones sin castigo.

Asimismo, cuelga la obra Teresa Gancedo, quien con 83 años ahora fue una de los dos únicas artistas españolas -junto a Carmen Calvo- presentes en la recordada muestra de los años 80 en el Guggenheim de Nueva York en los 80. La propia galerista del stand, Rocío Santa Cruz, ha puesto en valor la obra de mujeres que "abrieron el camino y hoy parece que se ha olvidado", apuntando también a esa "diferencia sustancial" en los precios de sus obras. "El arte masculino es mucho más caro, pero es que Gancedo podría estar a la altura de Gordillo: la diferencia es que ella renunció a parte de su carrera por quedarse en casa criando de sus hijos", ha lamentado.

Por los pasillos de ARCO vuelven a aparecer fotografías de la ya fallecida Ouka Leele nunca antes expuestas que se mezclan por ejemplo con el trabajo de la artista multidisciplinar brasileña Anna Bella Gaiger, de 90 años y que se exhiben en la galería Marlborough. Susana Solano, la "gran escultora" de los años 80 que "se abrió paso en un mundo de hombres y luego pasó a las sombras" también está presente en Carreras Múgica -con 'Capoquier'- y, junto a ellas, otras de media carrera y emergentes, como Marría Prats cuyas dos obras de la galería Cayón ya han sido vendidas a una fundación antes incluso del primer día de feria.

De nuevo la galería Leandro Navarro se apunta -hasta el momento- la pieza más cara de la feria: 3,3 millones de euros por 'Peinture', uno de los 27 cuadros que pintó Mirò de la serie de 27 masonitas y de las cuales solo dos permanecen en España -una en la fundación Mirò y otra en el Thyssen--. Aquí también se podrá encontrar una pieza de Tapiès de 650.000 euros, 'Jo parlo amb la mà'.

En la galería Guillermo de Osma hay un 'picasso' por 2,5 millones de euros, mientras que en la galería Cayón la obra más cara es la de una escultura de Chillida premio Bienal de Venecia de 1958, 'Hierro en el temblor', con un precio de salida de 1,2 millones de euros -también hay otro 'mirò' por 1 millón de euros-.

En cualquier caso, será una galería que a priori no levantará polémica, algo que se ha defendido desde los propios galeristas. Así, Miguel Ángel Sánchez, de la galería AdN que trajo el año pasado la obra hiperrealista de la muerte de Picasso de Eugenio Merino, ha afirmado que no entiende este tipo de "revuelos" y que es algo que "solo ocurre en España". "Lo del año pasado no tiene sentido, era una obra que no tocaba ninguna herida y se lió por algo que tampoco hería sensibilidades", ha remarcado.

No obstante, sí habrá pequeñas reivindicaciones a través de pegatinas y alguna reclamación de los galeristas en torno a la necesidad de bajar el IVA en las compras de arte contemporáneo, actualmente en el 21% y algo que "ya toca bajar". "Dentro del mercado europeo, el mercado español no representa siquiera el 1% del total. A pesar de ello, desde el 2020 se denota un mayor interés en el coleccionismo, a la par que suben los precios de compra", ha indicado Enrique Vallés, presidente de la asociación 9915.