El borrador de la COP29 subraya la urgencia de financiamiento multimillonario sin especificar montos.

MADRID, 21 de noviembre. En el marco de la Cumbre del Clima, se han suscitado importantes reflexiones sobre la necesidad urgente de aumentar la financiación climática, en particular en lo que respecta al Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NOCC) que debe implementarse entre 2025 y 2035. Sin embargo, a pesar de la gravedad de la situación, las propuestas presentadas no han arrojado cifras concretas, limitándose a hablar de "miles de millones" y sin detallar cuánto deberían comprometerse a contribuir los países desarrollados.
El documento que ha sido divulgado por la Presidencia de la COP29 esta mañana ofrece dos alternativas surgidas de las discusiones ministeriales. Una de ellas sugiere que los países ricos se comprometan a proporcionar y movilizar "X miles de millones de dólares anuales entre 2025 y 2035" para apoyar a las naciones en vías de desarrollo.
Además, destaca que una parte de esta financiación debe ser ofrecida en forma de "donaciones o términos equivalentes a donaciones", con el fin de garantizar que dicho capital sea "nuevo, adicional, asequible, predecible, no generador de deuda y adecuado" para facilitar la adaptación, la mitigación y la reducción de pérdidas y daños ocasionados por el cambio climático.
Dentro del texto presentado, se establece que las contribuciones de los países desarrollados a estos fondos se calcularán en función de sus emisiones y su Producto Interior Bruto (PIB). Por último, se exhorta a los países en desarrollo a que colaboren con apoyos económicos de forma voluntaria, aunque se aclara que esta aportación no será considerada en el NOCC.
La segunda opción dentro del documento propone que los países desarrollados tengan como "objetivo" reunir colectivamente "un mínimo de un millón de millones" de dólares anuales para el año 2035. Además, subraya que esta financiación se alcanzará a través de "una amplia gama de fuentes e instrumentos, que incluyen públicos, privados e innovadores".
Asimismo, el texto busca mejorar la recopilación de datos globales que permitan rastrear las inversiones financieras relacionadas con la acción climática, incluso aquellas cifras que actualmente quedan fuera de los sistemas formales de informes.
Valvanera Ulargui, Directora General de la Oficina Española de Cambio Climático, expresó su preocupación al considerar que este documento "no es una base de negociación" viable, ya que refleja únicamente posturas extremas de varios países, dejando de lado las posiciones intermedias que han surgido en las diferentes mesas de diálogo y reuniones.
En sus declaraciones, Ulargui enfatizó que es crucial que se alcance un acuerdo ambicioso y realista que facilite la transición hacia economías libres de emisiones y resilientes en los países en desarrollo. Por ello, instó a la Presidencia de la COP29 a presentar un texto que sirva como base de negociación, incluyendo las posturas intermedias necesarias para establecer un objetivo concreto y presentar cantidades significativas que sustentabilidade el límite de 1,5ºC en la temperatura global y apoyen las transiciones en otras economías.
No obstante, Ulargui también reconoció ciertos aspectos positivos del texto en discusión, especialmente en relación con los retos que han enfrentado los países en desarrollo, tales como "las barreras de acceso al capital" y "los problemas relacionados con la inversión y la deuda". Esta es una señal clara de que la reforma del sistema internacional debe alinearse con las necesidades de financiación climática en esta cumbre.
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