En una reciente controversia que ha captado la atención de la opinión pública, el Gobierno de Israel ha reafirmado su postura al rechazar la entrada del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, quien tenía programada una visita a Jerusalén y Cisjordania. Las autoridades israelíes han justificado su decisión al señalar que las acciones de boicot emprendidas por el consistorio de la Ciudad Condal "tienen consecuencias".

El viaje de Collboni, que incluía la inauguración de la calle Barcelona en Jerusalén y un encuentro con el primer ministro palestino en Ramala, ha sido cancelado a último momento luego de que se le negara el permiso de ingreso al territorio israelí.

Fuentes diplomáticas israelíes han indicado a Europa Press que la decisión del Ayuntamiento de Barcelona de romper relaciones con Israel y el acuerdo de amistad con Tel Aviv, en respuesta a los ataques a la población civil palestina, es vista como una manifestación de una "política hostil". "El Gobierno de Israel ha considerado estos actos como razones suficientes para impedir la entrada del alcalde", destacaron estas mismas fuentes.

Desde el Ejecutivo liderado por Benjamin Netanyahu, han enfatizado que no se puede considerar a aquellos que boicotean a Israel como convidados aceptables. La negativa hacia el alcalde refleja, según el Gobierno israelí, un enfoque sistemático de incitación en su contra.

Por su parte, Jaume Collboni no ha tardado en pronunciarse sobre el veto. A través de sus redes sociales, ha acusado al Gobierno israelí de intentar aislar al pueblo palestino y de ocultar las violaciones de derechos humanos que sufren. A pesar de esta negativa, el alcalde ha reafirmado su compromiso de trabajar sin descanso por la paz y la justicia, así como por el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino.