
El Papa Francisco ha recibido este lunes en audiencia a las Hermanas Escolásticas de Nuestra Señora y ha animado a "seguir siendo testigos valientes de la solidaridad evangélica en un momento en el que muchos experimentan fragmentación y desunión", según informa Vatican News.
El Santo Padre, conocido por su enfoque progresista, ha destacado la importancia de la solidaridad en un mundo cada vez más dividido. Según él, la vida religiosa no puede existir sin verdadera pobreza, y ha instado a las religiosas a ser testigos del Evangelio siguiendo el camino sinodal de la Iglesia, que enfatiza la escucha de Dios y de los demás.
"Sin verdadera pobreza, no hay vida religiosa. La pobreza es lo que custodia la vida consagrada. Y no sólo es una virtud, no: es la custodia. No lo olviden", ha subrayado el Papa. Estas palabras reflejan su compromiso con los menos favorecidos y su insistencia en la importancia de la humildad y la renuncia material.
Las Hermanas Escolásticas de Nuestra Señora, siguiendo los pasos de su fundadora, la beata Teresa de Jesús Gerhardinger, se dedican a la educación, el servicio y la espiritualidad. La beata Teresa de Jesús Gerhardinger, una maestra del siglo XIX, tenía una pedagogía integral que combinaba la instrucción intelectual con el cuidado espiritual y la formación de personas compasivas y centradas en Cristo. Su enfoque en la educación y el compromiso con la solidaridad son valores que las religiosas continúan promoviendo en la actualidad.
El Papa Francisco ha elogiado el carisma y la contribución de las Hermanas Escolásticas de Nuestra Señora, reconociendo su compromiso con la vida consagrada y su papel como pioneras en abrazar la dimensión profética de la fe. El Papa ha reiterado la importancia de la Exhortación apostólica Vita consecrata, que destaca la ofrenda total a Dios como testimonio viviente de la vida y el ministerio de Jesús.
En el contexto de su Capítulo General, donde reflexionan sobre cómo ser testigos proféticos para una comunión universal, el Papa ha alentado a las religiosas a continuar su camino dentro del proceso sinodal de la Iglesia. Además, les ha recordado la importancia de escuchar atentamente al Espíritu Santo y a los demás, destacando que la escucha genuina es un requisito fundamental para una auténtica comunicación y entendimiento.
"Siempre nos gusta hablar, a todos. Y no sólo a las mujeres, también a nosotros. A todos. Pero es tan difícil aprender a escuchar. El Señor también nos habla a través de los demás. Escuchar a los demás, y no, mientras el otro habla, pensar: ¿Qué voy a responder?. No. Escuchar: que llegue al corazón y luego, si me apetece responder, respondo", ha enfatizado el Papa Francisco.
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