En una rueda de prensa celebrada este lunes, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha rechazado cualquier implicación de Washington en el trágico accidente del helicóptero que causó la muerte del presidente de Irán, Ebrahim Raisi. Ante las posibles acusaciones de Teherán hacia Israel o Estados Unidos, Austin afirmó rotundamente: "Estados Unidos no tuvo nada que ver en ese accidente. Y eso es un hecho, simple y llanamente".

El jefe del Pentágono destacó que los iraníes están llevando a cabo una investigación para determinar la causa del accidente, pero descartó especular sobre posibles escenarios. No obstante, señaló que podría tratarse de un fallo mecánico o un error del piloto, aunque aún es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas.

Por su parte, el ministro de Exteriores iraní, Mohamed Yavad Zarif, responsabilizó a Estados Unidos de la muerte de Raisi, argumentando que el embargo y las sanciones estadounidenses dificultaron la obtención de piezas de repuesto para aeronaves. En respuesta, el Departamento de Estado reafirmó su postura sancionadora y rechazó cualquier implicación en el accidente.

El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, calificó de "infundada" la acusación de Irán sobre las sanciones estadounidenses. Destacó que la responsabilidad de garantizar la seguridad de los equipos recae en cada país y lamentó que el régimen iraní busque culpar a Estados Unidos por problemas que ellos mismos han creado.

El trágico accidente ocurrió el domingo, cuando el helicóptero en el que viajaba Raisi se estrelló en el norte de Irán, causando la muerte de todas las personas a bordo, incluidos altos funcionarios y el equipo de seguridad del presidente. La incertidumbre sobre las causas del suceso y las diferentes versiones presentadas por ambos países continúan generando controversia en la región.