
MADRID, 9 Jul.
La Inteligencia militar británica considera que Rusia ha respondido a los efectos de la efímera rebelión del mes pasado que protagonizó el líder del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeni Prigozhin, con una operación de relaciones públicas para reforzar la figura del presidente Vladimir Putin, y para silenciar cualquier información interna en relación al incidente.
El Ministerio de Defensa británico entiende que los canales de Wagner en Telegram están prácticamente callados, casi con toda seguridad debido a la intervención estatal. Por contra, Putin ha participado en compromisos públicos de inusual prominencia, con el objetivo de proyectar su fuerza.
En términos generales, Londres reconoce tres fases en la respuesta de los medios oficiales rusos a la insurrección liderada por Prigozhin durante el 23 y el 24 de junio, horas vertiginosas que supusieron un desafío abierto del líder mercenario a la cúpula militar rusa tras meses de encontronazos y que terminaron por mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, sin que a día de hoy se tengan noticias claras del paradero del cabecilla.
El Ministerio de Defensa entiende que la televisión rusa mantuvo su programación habitual durante las primeras horas del motín, lo que demuestra que los medios rusos se quedaron sorprendidos por el suceso.
No obstante, posteriormente los canales oficiales comenzaron una estrategia de "corrección" sobre las informaciones que hablaban de la pasividad de las fuerzas rusas en las primeras horas de la rebelión. Se empezó a promover la idea de que Putin había triunfado al frustrar la insurrección y unir al país detrás de él.
Una semana después, el Estado ruso empezó a minimizar la importancia de Prigozhin y el motín, mientras llevaba a cabo una campaña de desprestigio contra su figura y Putin volvía a ganar prominencia pública, según la Inteligencia militar británica.
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