El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que tiene la intención de apelar la decisión del Tribunal Supremo, expresando su confianza en que "la justicia prevalecerá". En un contundente mensaje, ha reafirmado su postura de inocencia frente a los cargos que enfrenta.
En una jornada significativa, el Tribunal Supremo de EE.UU. ha decidido este jueves no conceder la solicitud de Trump para retrasar la lectura de una sentencia programada para el viernes. Este desenlace se produce apenas diez días antes de su investidura, y a pesar de que el tribunal cuenta con una mayoría conservadora. La decisión se tomó con un voto de 5 a 4, donde el presidente del tribunal, John Roberts, junto con la juez conservadora Amy Coney Barrett, se alinearon con los tres jueces liberales para desestimar la petición del mandatario.
Los magistrados conservadores del tribunal, incluyendo a Clarence Thomas, Samuel Alito, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, mostraron su apoyo a la petición de posponer la sentencia. Sin embargo, el tribunal argumentó que las supuestas irregularidades en el juicio del presidente electo en un tribunal estatal podrían ser abordadas más adelante en el proceso de apelación. Además, añadieron que la carga que esta sentencia podría imponer sobre las obligaciones de Trump como presidente electo es “relativamente insustancial”, considerando que el tribunal de primera instancia tiene la intención de imponer una sentencia de "liberación incondicional" tras una breve audiencia virtual.
Minutos después del veredicto, Trump utilizó su cuenta de Truth Social para comunicar su decisión de apelar, asegurando que su perspectiva sobre el caso es clara: “No había ningún caso en mi contra. En otras palabras, soy inocente de todos los cargos falsos e inventados por el juez”.
El exmandatario también ha denunciado lo que califica como "lawfare", un uso inapropiado del sistema judicial para atacar a un rival político, enfatizando que nunca antes se había permitido semejante uso del sistema de justicia en el país. “Esto no fue otra cosa que la utilización de nuestro sistema de justicia como arma contra un oponente político. Se llama ‘lawfare’, y nada como esto ha sucedido nunca en Estados Unidos, y nunca se debería permitir que vuelva a suceder”, afirmó Trump.
Además, Trump criticó al “juez altamente politizado y corrupto” que le ha impuesto una orden de silencio, que a su juicio, le priva de su derecho de hablar sobre “aspectos muy importantes del caso”. También mostró su agradecimiento al Tribunal Supremo por su “tiempo y esfuerzo” en lo que considera una respuesta ante lo que él califica de gran injusticia perpetrada por el “conflictivo juez interino”, quien, según él, no debería haber juzgado este asunto.
En medio de la controversia, Trump se mantuvo firme en su mensaje de campaña, afirmando que “los patéticos y moribundos restos de la cacería de brujas en mi contra no nos distraerán mientras nos unimos y hacemos que Estados Unidos Sea Grande Otra Vez”, reflejando su conocida retórica electoral.
Cabe recordar que la defensa de Trump había solicitado previamente al Tribunal Supremo la suspensión de los procedimientos relacionados con las acusaciones en su contra. Sin embargo, tanto el Tribunal de Apelaciones como el juez encargado del caso, Juan Merchan, ya habían rechazado esta solicitud.
Trump fue condenado en abril por un total de 34 cargos, en un proceso que se dio incluso antes de ser confirmado como candidato oficial a la presidencia. El juez que presidió el caso determinó que Trump había incurrido en la falsificación de documentos para ocultar un pago de 130.000 dólares a la exactriz pornográfica Stormy Daniels, dinero que se entregó para evitar que hablara sobre una supuesta relación extramatrimonial.
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