El exdiputado Íñigo Errejón ha solicitado en un escrito dirigido al Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid que se suspenda la solicitud de entrega de su teléfono móvil, en el marco de la investigación abierta por una alegada agresión sexual a la actriz Elisa Mouliaá. Su defensa argumenta que esta medida debería ser revisada por la Audiencia Provincial antes de que se lleve a cabo, aduciendo que podría afectar su derecho a la intimidad tanto personal como profesional.

En el documento presentado, al que ha tenido acceso Europa Press, se subraya que la decisión del juez que exige la entrega del móvil, tanto de Errejón como de la actriz, aún no es definitiva. La defensa sostiene que un análisis exhaustivo del dispositivo podría comprometer el derecho constitucional del exdiputado a la protección de su vida privada, así como los principios de tutela judicial efectiva.

A pesar de esta solicitud, la defensa ha manifestado que, mientras se resuelve la apelación sobre este asunto, Errejón está dispuesto a comparecer ante el juez y facilitar el acceso a las conversaciones que tuvo con Mouliaá. Se ha mostrado abierto a presentar su móvil en la fecha que el juzgado designe para mostrar el contenido relevante relacionado con el caso.

La denuncia presentada por Mouliaá relata un episodio ocurrido a finales de septiembre de 2021, tras varios meses de comunicación a través de redes sociales. En ese contexto, ella había invitado a Errejón a la presentación de un libro y posteriormente a una salida para tomar unas cervezas.

Una vez en el automóvil, Mouliaá describe que Errejón mostró una actitud dominante que culminó en un comportamiento agresivo en un ascensor, donde la habría agarrado de la cintura y besado de manera violenta. Más tarde, en una fiesta a la que ambos asistieron, según su testimonio, el exdiputado la condujo a una habitación de forma coercitiva, donde habrían ocurrido actos no consentidos de características sexuales.

La actriz también ha detallado en su denuncia que Errejón le quitó el sujetador mientras pronunciaba comentarios lascivos, empujándola sobre la cama antes de proceder con tocamientos no deseados, describiendo la situación como una experiencia profundamente traumática.