La situación en el sur de Líbano se ha deteriorado dramáticamente tras los recientes ataques aéreos llevados a cabo por el Ejército israelí, quien en las últimas horas ha dirigido su artillería hacia varios objetivos en la región, incluyendo la costa de Sidón. Esta ofensiva ha sido justificada por las autoridades israelíes, que afirman haber detectado actividades relacionadas con la reconstrucción de la infraestructura del movimiento chií Hezbolá.

Desde su página oficial, las Fuerzas de Defensa de Israel han señalado que sus operaciones estaban dirigidas a desmantelar lo que ellos denominan "infraestructura terrorista". En este sentido, han hecho hincapié en que uno de los objetivos del ataque era una instalación que presuntamente albergaba armamento, en una zona donde se sospechaba que Hezbolá estaba intentando reorganizarse tras los recientes conflictos.

A pesar de la falta de detalles sobre las localidades específicas atacadas, el Ejército israelí ha asegurado que las acciones se han centrado en lo que consideran "emplazamientos militares" vinculados a Hezbolá, donde se observó una actividad que indicaba un intento de restaurar sus capacidades operativas. Este argumento ha sido presentado como una respuesta ante lo que perciben como un creciente desafío a su seguridad por parte de la organización libanesa.

El Ejército israelí ha argumentado que la presencia de armamento en estas áreas, junto con las actividades de Hezbolá, representan una clara transgresión a los acuerdos de paz establecidos con Líbano. Dichos acuerdos, que fueron el resultado de meses de tensiones tras los ataques reportados el 7 de octubre de 2023, estipulaban la retirada mutua de fuerzas en la región sureña del país árabe.

No obstante, la persistencia de cinco puestos de control israelíes en el territorio libanés ha suscitado críticas tanto de las autoridades libanesas como del propio Hezbolá, que consideran que estas acciones socavan el espíritu del alto el fuego y complican aún más la frágil convivencia en la zona. La escalada de acciones bélicas añade más tensión a un escenario ya complicado y repleto de desafíos humanitarios en la región.