El reconocido golfista español Jon Rahm expresó su desazón tras no poder clasificarse para los niveles superiores en el Open de España. Con un respaldo sólido por parte de su afición, Rahm recordó la adversidad que ha enfrentado el campo de golf, mencionando la reciente influencia de la tormenta Filomena, mientras busca terminar el torneo con un rendimiento sólido y libre de errores.

En la jornada del sábado, el golfista originario de Barrika inició su ansiada remontada, colocándose a solo un golpe de los líderes en los primeros nueve hoyos. Sin embargo, reconoció que "el campo está complicado", lo que le ha generado dificultades, y destacó que los errores pueden costar caro. Al final de la ronda, Rahm recapituló sobre su desempeño: "He cometido dos bogeys que no esperaba, lo que me impidió seguir avanzando".

Rahm no se guardó sus impresiones sobre la dureza del recorrido, comentando que los greens son pequeños y difíciles, lo que aumenta el reto para los jugadores. "En particular, a partir del hoyo 10 empezaron las complicaciones", señaló. Un doble-bogey en el hoyo 11 perjudicó sus chances, culminando la jornada con una tarjeta de 71 golpes, lo que le dejó en -4 en el total.

Refiriéndose a Filomena y su impacto en el campo, Rahm comentó sobre las condiciones y cómo el club aún se está recuperando. "La hierba y los greens aún muestran las secuelas de la tormenta de enero de 2021", afirmó, añadiendo que su motivación para el último día sería luchar por entrar en el ‘Top 10’ del torneo.

El jugador también reflexionó sobre los errores que ha cometido a lo largo de la semana y su deseo de completarla de manera sólida. Reconoció que el campo presenta numerosos desafíos, pero se mostró optimista sobre la posibilidad de concluir bien el Open de España: "Ojalá pueda jugar sin errores tontos y acercarme a un buen final", expresó.

En otro contexto, Rahm ofreció sus mejores deseos al joven golfista Ángel Ayora, quien debuta profesionalmente, así como al resto de sus compatriotas en el torneo. "El talento está presente, pero es vital que jueguen para sí mismos y no se presionen por el público", subrayó, reconociendo también la frustración que conlleva no siempre estar al nivel esperado.

Finalmente, Rahm encontró apoyo en su familia, especialmente en su hijo Kepa. Aunque disfruta del cariño de su hogar, admitió que la presión de ganar torneos es constante y a veces pesadez. "Cuando vuelvo a casa, siempre me pregunta si he ganado algo, y este año, no he podido darle esa alegría", concluyó, dejando entrever el reto emocional que ha enfrentado en su trayectoria reciente.