En el vibrante escenario político de Estados Unidos, Kamala Harris, la exvicepresidenta del país, ha dejado claro que no se rinde ante el sueño de llegar a la Casa Blanca. En una reciente charla con la BBC, que será transmitida el próximo domingo, Harris ha reiterado su compromiso con la política de alto nivel y ha insinuado la posibilidad de convertirse en la primera mujer presidenta del país, a pesar de que su nombre no figura entre las opciones más populares para la nominación demócrata de 2028.
En esta entrevista, Harris ha utilizado un lenguaje contundente al criticar a Donald Trump, a quien derrotó en las primarias de 2024. Lo ha descrito como un "tirano" que está manipulando las instituciones democráticas. “Ha declarado su intención de convertir al Departamento de Justicia en un brazo armado, y ha cumplido con esas promesas”, afirmó, refiriéndose a la reciente controversia en torno a la fiscal general de Nueva York, Letitia James, quien está lidiando con un caso de fraude que involucra a la Organización Trump.
Ante la pregunta de si tiene aspiraciones presidenciales, Harris se mostró cautelosa pero esperanzadora, contestando con un “posiblemente”. “Si hubiera hecho caso a los sondeos, no estaría aquí. La política corre por mis venas”, declaró con firmeza mientras reafirmaba su pasión por el servicio público, a pesar de no ser considerada como una de las favoritas en las encuestas actuales.
Con Trump agobiado por su propio legado y sin la posibilidad de un tercer mandato en vista, algunos miembros cercanos a su círculo, como el exestratega Steve Bannon, han empezado a hablar de maneras de eludir la Constitución para mantener al ex presidente en el poder. Esta situación se convierte en un telón de fondo inquietante para las futuras candidaturas.
Durante su gira internacional para promocionar su libro '107 días', Harris ha sido crítica con los líderes empresariales y tradicionales de EE.UU. que, según ella, se han doblegado ante el poder de Trump desde el inicio. Considera que muchos están más preocupados por mantener su influencia y evitar malas decisiones económicas que por defender principios democráticos esenciales.
La reacción desde la Casa Blanca a las declaraciones de Harris ha sido de desdén. La portavoz Abigail Jackson no dudó en responder: “Quien ha sido derrotado de manera abrumadora debería entender el mensaje: a la ciudadanía no le importan sus alegaciones descabelladas”, sugiriendo que, tal vez, Harris está hablando a audiencias extranjeras debido a la falta de atención en su propio país.
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