El ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, cuya administración estuvo marcada por una serie de controversias, enfrenta un futuro incierto tras recibir una condena de más de 27 años de prisión por intento de golpe de Estado y otros delitos. Su equipo legal ha decidido apelar la decisión del Tribunal Supremo Federal (STF) y ha destacado un voto discordante del juez Luiz Fux, quien sugirió que Bolsonaro abandonó voluntariamente los planes golpistas, un argumento que la defensa ahora utiliza para solicitar una reducción de la pena.
Según los abogados del exmandatario, el voto disidente de Fux respalda su posición de que Bolsonaro interrumpió intencionadamente el intento golpista, lo que, según ellos, demuestra que hubo un desistimiento voluntario. En la documentación presentada, citada por el diario 'Folha', argumentan que la sentencia original comete "omisiones significativas" al no considerar esta importante perspectiva.
Los representantes legales de Bolsonaro sostienen que las omisiones notadas por ellos son lo suficientemente graves como para cuestionar la validez de la condena. Aseguran que el tribunal no cumplió con su deber constitucional de proporcionar una justificación adecuada, lo que podría haber influido en el resultado del juicio.
En su apelación, el equipo de defensa ha señalado hasta ocho supuestas contradicciones en el fallo, argumentando que la decisión judicial y la pena asignada son “profundamente injustas” y carecen de coherencia con respecto a las pruebas presentadas. Esta situación ha llevado a los abogados a describir el caso como no solo un evento judicial, sino como un hito penal que exige una revisión exhaustiva.
A pesar de reconocer la gravedad de los cargos, los abogados de Bolsonaro insisten en que las contradicciones y omisiones mencionadas evidencian la injusticia del veredicto. Además, han argumentado que la acusación de la Fiscalía, al tratar la abolición del Estado de derecho como un delito, debería ser absorbida por el cargo de golpe de Estado, lo que permitiría una reducción considerable de la pena, de más de seis años.
La condena, que incluye no solo la prisión, sino también ocho años de inhabilitación para ocupar cargos públicos tras el cumplimiento de la pena, posiciona a Bolsonaro en un futuro incierto. Si no se modifica la sentencia, podría quedar imposibilitado de participar en el ámbito político hasta el año 2060, cuando tendría 105 años.
Hoy ha sido el último día para que la defensa presentara solicitudes de aclaración ante el STF. Este tipo de recurso busca aclarar cualquier imprecisión o contradicción en una decisión judicial. Aunque su efecto no altera el sentido de la condena, sí proporciona una vía para cuestionar aspectos de la sentencia y potencialmente lograr una reducción en la pena.
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