En Madrid, el 17 de febrero, la situación entre Irán e Israel ha escalado una vez más, tras las recientes declaraciones del subcomandante de la Guardia Revolucionaria, Ali Fadavi. Este ha señalado la posibilidad de un nuevo ataque contra Israel, en un contexto marcado por la creciente violencia que se ha intensificado desde las ofensivas de Hamás el pasado 7 de octubre.

Fadavi, en sus declaraciones a la agencia Tasnim, aseguró que la tercera fase de la denominada 'Operación Promesa Verdadera' se llevará a cabo cuando sea necesario, haciendo referencia a esta serie de represalias que Teherán ha lanzado como respuesta a las agresiones israelíes.

Los antecedentes de esta hostilidad son inquietantes: un bombardeo israelí en abril del año pasado impactó el consulado iraní en Damasco, resultando en la muerte de 16 personas, entre ellas un destacado comandante de la Fuerza Quds. Esta acción desencadenó la 'Operación Promesa Verdadera 1' por parte de Irán, marcando un hito como su primer ataque directo a Israel desde el inicio de su confrontación en 1979.

La escalada no se detuvo ahí. En respuesta a ataques adicionales por parte de Israel que se enfocaron en instalaciones militares en Irán, Irak y Siria, Irán lanzó la 'Operación Promesa Verdadera 2', que incluyó el lanzamiento de unos 200 misiles hacia Israel en octubre. Israel, a su vez, reaccionó intensificando sus bombardeos sobre objetivos estratégicos iraníes.

Con la amenaza de nuevas represalias por parte de Fadavi, la situación geopolítica se vuelve más tensa, especialmente en un momento en que se intentan mantener acuerdos de alto el fuego en regiones como la Franja de Gaza y Líbano. La continua espiral de hostilidades plantea preocupantes interrogantes sobre la estabilidad en el Medio Oriente.