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El Ejecutivo palestino califica la moción de anexión de Cisjordania en la Knesset como un acto belicista.

El Ejecutivo palestino califica la moción de anexión de Cisjordania en la Knesset como un acto belicista.

En un contexto de creciente tensión en la región, Jordania y Turquía se han unido a la ola de condenas contra las recientes acciones del gobierno israelí, demandando una respuesta firme de la comunidad internacional ante la amenaza que representan.

Ayer, el Gobierno de Palestina expresó su repudio a la moción no vinculante aprobada por el Parlamento de Israel, que plantea la anexión de Cisjordania. Consideraron esta decisión como "una nueva declaración de guerra" contra el pueblo palestino y un ataque directo a la existencia de una posible solución de dos Estados, apoyada por la comunidad internacional.

Desde el Ministerio de Exteriores palestino, se lanzó un comunicado en la red social X, donde subrayaron que esta medida es un reflejo de "los crímenes de genocidio y desplazamiento destinados a liquidar la causa palestina". Aseguraron que la anexión de Cisjordania amenaza no solo sus derechos, sino también el consenso global necesario para establecer un Estado palestino, con Jerusalén Este como su capital.

Los funcionarios palestinos lo ven como un acto de colonialismo y racismo, afirmando que Israel está marcando un camino peligroso con la separación de Cisjordania y Gaza, exacerbadamente agravado por la reciente escalada de violencia que ha dejado más de 59.200 muertos desde los ataques del 7 de octubre. La respuesta de la comunidad internacional, afirmaron, debe ser contundente, incluyendo sanciones para forzar el cese de estas agresiones.

La reacción del Ministerio de Exteriores de Jordania fue igualmente contundente, describiendo la votación en el Parlamento israelí como "una violación del Derecho Internacional" y un importante retroceso para la solución de dos Estados. En su comunicado, puntualizaron que Israel no tiene soberanía sobre los territorios palestinos ocupados, reafirmando una opinión de la Corte Internacional de Justicia que condena la ocupación y la construcción de asentamientos.

El portavoz del Ministerio, Sufian Qudá, hizo un llamado a la comunidad internacional para que asuma su responsabilidad moral y legal, exigiendo el cese inmediato de la agresión israelí en Gaza y la escalada en Cisjordania, mientras rechazan cualquier control israelí sobre el territorio palestino.

En esta misma línea, el Ministerio de Exteriores de Turquía lanzó un mensaje claro: la reciente decisión del Parlamento israelí es considerada "nula", ya que queda claro que Cisjordania es territorio palestino ocupado desde 1967. Afirmaron que cualquier intento de Israel por anexar esta región es ilegítimo y un desafío a los esfuerzos de paz establecidos.

El gobierno turco advirtió que las acciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por mantenerse en el poder a través de políticas violentas, están desencadenando nuevas crisis y amenazando seriamente el orden internacional y la estabilidad en la región. Es por esto que Urgieron a la comunidad internacional a implementar “medidas vinculantes y disuasorias” para contrarrestar las agresiones israelíes.

La moción en el Parlamento israelí fue aprobada con 71 votos a favor, y solo 13 en contra. Los legisladores defendieron que Cisjordania es una "parte inseparable" de la herencia histórica del pueblo judío, exigiendo la aplicación de soberanía israelí en esta área.

En respuesta, Nabil abú Rudeina, portavoz de la Autoridad Palestina, denunció que esta decisión constituye una violación grave del Derecho Internacional y un desafío a los esfuerzos globales por alcanzar una paz duradera, resaltando la legitimidad de un futuro Estado palestino con Jerusalén Este en sus fronteras de 1967.

Por otro lado, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) descalificó la moción como "nula y sin valor", afirmando que no cambiará la identidad que caracteriza al territorio palestino. Sin embargo, subrayaron que este acto es un reflejo de las continuas violaciones por parte del gobierno israelí, que incluyen el robo de tierras y el crecimiento de asentamientos, además de una violenta campaña de represión contra la población palestina.