Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China están teniendo un impacto significativo en la economía europea, con previsiones que indican una reducción del 3,7% en la producción automovilística del continente. Esta situación se enmarca dentro de un contexto más amplio de desafíos para el sector trasatlántico.
MADRID, 16 de junio. El informe más reciente de Crédito y Caución revela una contracción en la producción global de vehículos y sus componentes, proyectando descensos del 1,7% en 2025 y un 2,1% en 2026. Los aranceles en juego están alterando las cadenas de suministro, incrementando los precios de insumos y materiales esenciales.
Según el informe, la industria automotriz está sufriendo notablemente bajo la presión de la guerra comercial, con países como Alemania e Italia enfrentando caídas drásticas en sus exportaciones, estimadas en alrededor del 5%. Este contexto es una señal alarmante para un sector que ha sido tradición en la economía europea.
"El sector automotriz enfrenta un periodo complicado debido a la guerra de aranceles. Las repercusiones serán devastadoras para productores y proveedores", reza el documento, evidenciando la magnitud de la crisis actual.
Entre los países más vulnerables, se encuentran Austria, Bélgica, Francia, Hungría y Suiza. Además, se han identificado altos riesgos crediticios en naciones como República Checa, Alemania, Italia, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Turquía, Reino Unido, Brasil y Canadá.
En este escenario europeo, la producción automovilística está proyectada a caer un 3,7% debido a que Estados Unidos representa uno de los principales mercados de exportación para estos vehículos. Las industrias alemanas e italianas, junto con las cadenas de suministro en Europa Central y Oriental, serán las más afectadas.
Las proyecciones indican que las ventas de automóviles en Alemania e Italia podrían descender en más de un 5% para 2025, resultado directo de los altos aranceles impuestos desde Estados Unidos, lo cual pone en riesgo la estabilidad económica de estas potencias automotrices.
La reducción en la demanda de exportaciones, el aumento de costos de insumos y la disminución de márgenes de ganancia, amenazan con debilitar la competitividad de las industrias automovilísticas, especialmente en Alemania y en los países de Europa Central y Oriental.
Otro factor perturbador que se cierne sobre el mercado europeo proviene de China, donde los fabricantes están ofreciendo modelos más accesibles y son más ágiles para adaptarse a las fluctuaciones del mercado. Esto añade presión adicional a las empresas locales.
En respuesta, la Unión Europea ha implementado aranceles a las importaciones chinas de vehículos eléctricos. Aunque esta estrategia podría limitar las importaciones desde ese país, también podría acelerar los planes de los fabricantes chinos para establecer bases de producción en Europa.
A nivel global, la industria automotriz enfrenta diversos desafíos, incluidos cambios demográficos que apuntan a una población envejecida y a una posible reducción de la demanda a futuro. Al mismo tiempo, el auge de los vehículos eléctricos obliga a los productores de motores a combustión a hacer ajustes significativos para evitar una crisis mayor.
Finalmente, el análisis de Crédito y Caución estima que para el año 2030, las ventas de vehículos eléctricos podrían alcanzar un impresionante 59% del total, reflejando una transformación inevitable en la industria y marcando un hito en la transición hacia un futuro más sostenible.
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