En una mañana de jueves, la Infanta Cristina hizo acto de presencia en el funeral por Juan Miguel Villar Mir, destacado hombre de negocios que dejó este mundo a la edad de 92 años el mes pasado. En esta ocasión, la hija de los eméritos tuvo que enfrentarse a las incómodas interrogantes relacionadas con las polémicas fotografías de su padre junto a Bárbara Rey.

Esta fue la primera vez que la Infanta Cristina se vio obligada a responder a cuestionamientos tras el revuelo internacional causado por la difusión de dichas imágenes, a pesar de que el día anterior se le había visto en el 50 aniversario del Teatre-Museu Dalí en compañía del Rey Felipe VI.

Optando por el silencio y mostrando un gesto desencajado en su rostro, la hija de los eméritos abandonó rápidamente el funeral para esquivar las preguntas que sabía que le iban a llegar, respondiendo con total indiferencia.

De espaldas a los medios de comunicación, la Infanta Cristina se despidió apresuradamente de los presentes y se encaminó hacia el vehículo que la aguardaba en las cercanías, subiéndose en él sin emitir ninguna palabra sobre la controversia internacional que ha ocupado los titulares esta semana.