El pasado fin de semana, la capital yemení, Saná, fue escenario de un incidente preocupante cuando rebeldes hutíes retuvieron a trabajadores de la ONU. Sin embargo, este miércoles, un grupo de doce de esos empleados logró abandonar el país en un vuelo organizado por Naciones Unidas, que ha reiterado la importancia de proteger a su personal y sus instalaciones en la zona.
Durante el asalto a la sede de la organización, los rebeldes mantuvieron a varios trabajadores como rehenes. Aunque doce de ellos han salido de Yemen, tres más, según un comunicado oficial de la ONU, tienen la libertad de moverse y viajar por la región.
No obstante, la situación sigue siendo crítica, ya que 53 empleados de Naciones Unidas permanecen detenidos sin justificación por las autoridades locales. El problema se ve agravado por la detención de trabajadores de organizaciones no gubernamentales, colectivos de la sociedad civil y hasta personal de misiones diplomáticas. Naciones Unidas sigue buscando diálogo con los hutíes, quienes dominan amplias regiones del país, para gestionar la liberación de todos los retenidos.
Yemen se encuentra en un estado de desestabilización desde hace más de diez años, un periodo en el que los hutíes han fortalecido su control y han incrementado sus acciones militantes. A lo largo de los últimos dos años, estos rebeldes, con vínculos con Irán, han multiplicado sus ataques contra Israel, en un claro intento de responder a las hostilidades en la Franja de Gaza.
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