El pasado 18 de mayo en Madrid, la atención mediática se centró en la visita de los Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, a la Ciudad del Vaticano. Su presencia en la emblemática Plaza de San Pedro fue para participar en la ceremonia de inicio del ministerio petrino del nuevo Papa, León XIV.

Este evento tiene un significado particular, ya que solo tres semanas antes, la Reina Letizia había estado en el mismo lugar para rendir homenaje al fallecido Papa Francisco durante su funeral. En esta ocasión, la Reina optó por un look renovado, marcando su regreso con un estilismo que captó miradas.

Doña Letizia eligió un elegante vestido midi, diseñado por la casa Redondo Brand, que se distinguía por su escote asimétrico y un drapeado en forma de nudo, todo ello confeccionado en delicado crepe blanco. Este atuendo no solo realzó su figura, sino que también mostró su compromiso con la moda española de alta calidad.

Además, portando una mantilla que representa un exclusivo privilegio, la Reina se destacó en un grupo selecto, ya que solo cinco mujeres pueden hacer uso de este símbolo de distinción al presentarse en el Vaticano. Mientras que el resto de las visitantes deben optar por vestimentas de color negro, las reinas católicas tienen la oportunidad de resaltar su estatus en ciertas ceremonias con este toque de blanco, aunque este privilegio no se extiende a situaciones de luto.