En un movimiento contundente, el Gobierno del Reino Unido ha revelado un nuevo conjunto de sanciones dirigidas a Moscú, que implica la penalización de tres unidades del servicio de inteligencia militar ruso, conocido como GRU, así como a 18 espías implicados en operaciones cibernéticas consideradas nocivas.

El ministro de Exteriores británico, David Lammy, subrayó en un comunicado la creciente amenaza de los espías del GRU, quienes, según él, están empeñados en desestabilizar la región europea, socavar la independencia de Ucrania y poner en peligro la seguridad de los ciudadanos en el Reino Unido. “La estrategia de intimidación y agresiones híbridas orquestadas por Vladimir Putin no debilitará nuestra firmeza”, afirmó Lammy con determinación.

El funcionario también destacó que el compromiso del Reino Unido y de sus aliados en la defensa de Ucrania y de Europa sigue siendo sólido y resiliente, en momentos de creciente tensión geopolítica. En su declaración, Lammy enfatizó que el apoyo internacional hacia la soberanía ucraniana permanece inquebrantable.

Entre los individuos sancionados, se encuentran aquellos involucrados en la interceptación del teléfono móvil de Yulia Skripal, hija del exagente ruso Sergei Skripal, cinco años antes del intento de asesinato de ambos con el letal agente nervioso Novichok en Salisbury en 2018.

Además, la unidad 26165 del GRU se ha visto incluida en esta lista negra, acusada de llevar a cabo labores de reconocimiento que facilitaron los ataques con misiles contra la ciudad de Mariupol, incluyendo el devastador ataque al teatro donde cientos de civiles buscaban refugio en 2022.

Por último, el Gobierno británico ha añadido a su lista de sanciones a tres líderes de la denominada 'Iniciativa Africana', una organización financiada por el Kremlin que opera en redes sociales, propagando teorías de la conspiración alineadas con los intereses políticos de Rusia en la región de África Occidental.