
En un giro inesperado en la política rumana, el Partido Socialdemócrata (PSD) ha emergido como el ganador de las elecciones legislativas celebradas este domingo en Madrid, logrando superar los desafíos que dejaron las recientes elecciones presidenciales. A pesar de la renuncia del primer ministro Marcel Ciolacu tras el desastroso resultado en las presidenciales, el PSD ha logrado consolidar su posición como la fuerza más respaldada en el parlamento, hecho que resalta una dinámica política en constante cambio en el país.
Con más del 20 por ciento de los votos tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, el PSD ha reafirmado su relevancia política, mientras que la ultraderechista Alianza para la Unidad de los Rumanos (AUR) ha obtenido cerca del 18 por ciento. Este resultado pone de manifiesto el creciente espacio que la ultraderecha está ocupando en el ámbito político rumano, lo que podría tener implicaciones significativas para el futuro del país.
En un tercer lugar se encuentran los liberales del Partido Nacional Liberal (PNL), que han captado alrededor del 13 por ciento de los votos en la Cámara de Representantes, mientras que en el Senado han logrado un 14 por ciento. Por otro lado, la formación conservadora Unión para Salvar Rumanía (USR), liderada por la candidata presidencial Elena Lasconi, ha conseguido un 12 por ciento de apoyo. Adicionalmente, la Unión Democrática de Húngaros en Rumanía (UDMR) celebrará su regreso al Parlamento tras alcanzar más del 6 por ciento de los votos.
En una nueva y notable revelación, el Partido de los Jóvenes (POT) ha logrado hacerse un lugar en el Parlamento, pese a su corta existencia de menos de un año, al igual que su compañero ultraderechista S.O.S. Ambos partidos han manifestado su intención de respaldar a Calin Georgescu en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, lo que refuerza la presencia de ideologías euroescépticas en la instancia legislativa.
Los datos indican que S.O.S. y POT han superado ampliamente el umbral del 5 por ciento necesario para acceder al Parlamento, con porcentajes de apoyo que rondan el 7 por ciento y el 6 por ciento respectivamente. Junto con la AUR, estos partidos conforman una preocupante tríada ultranacionalista que podría transformar el panorama político del país hacia una dirección más radical.
Este proceso electoral ha tenido lugar en un contexto de incertidumbre, marcada por la reciente decisión del Tribunal Constitucional de Rumanía de llevar a cabo un recuento de más de 9 millones de votos emitidos durante la primera vuelta de las presidenciales, efectuada el 24 de noviembre. El tribunal debe pronunciarse el martes sobre la posibilidad de repetir las elecciones, tras evaluar un recuento que, según la jurisdicción electoral, se alinea con los resultados iniciales que dieron como ganadores a Georgescu y Lasconi.
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