Según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), el nivel de la renta media de los trabajadores es un obstáculo para la penetración de los vehículos eléctricos en la Unión Europea (UE). Esto se debe a que muchos ciudadanos no tienen acceso a este tipo de automóviles, lo que ha llevado a que la cuota de mercado de los vehículos electrificados en algunos países sea muy baja.

En más de la mitad de los Estados miembros de la UE, la penetración es del 9% o inferior. Los países con la menor penetración de vehículos electrificados en 2022 fueron Eslovenia, República Checa, Bulgaria, Polonia y Croacia, entre otros.

En este escenario España ocupa la duodécima posición dentro de los 27 países que integran la UE en lo que a cuota de mercado se refiere. Para las principales organizaciones de la industria automovilística española, esa cuota de mercado es insuficiente para un país que es el segundo mayor productor en Europa y el noveno del mundo.

En el polo opuesto, las mayores cuotas de mercado de vehículos electrificados se registraron en Suecia, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos y Alemania. Estas disparidades en la asequibilidad de los vehículos eléctricos a lo largo de Europa son preocupantes, ya que la UE ha fijado la fecha de 2035 como límite para la venta de coches con motor de combustión.

Los costos de los vehículos electrificados, en particular de los 100% eléctricos, son una preocupación clave del sector. Las grandes marcas chinas están empezando a tomar posiciones en los mercados europeos debido a su avanzada tecnología eléctrica y a los precios más asequibles que ofrecen en comparación con sus rivales europeos.

En este contexto, Volkswagen presentó el prototipo ID.2all, un modelo compacto 100% eléctrico con el que la compañía germana busca "democratizar" el acceso a este tipo de vehículos con un precio inferior a los 25.000 euros y cuya versión definitiva se producirá a partir de 2025 en la planta de Seat (cuya matriz es Volkswagen) en Martorell (Barcelona).