Más de 350 niñas y niños damnificados por la dana se benefician de las colonias urbanas navideñas de Save the Children.

La organización no gubernamental Save the Children ha expresado su profunda preocupación ante el alarmante cierre de comedores escolares y las repercusiones que esto tiene en la alimentación y bienestar de los menores en la Comunitat Valenciana.
VALÈNCIA, 20 de diciembre. En respuesta a la difícil situación que enfrentan miles de familias tras el azote de la dana en sus localidades, Save the Children ha puesto en marcha colonias urbanas durante las vacaciones navideñas, enfocadas en proporcionar apoyo a más de 350 niños y niñas que han padecido las consecuencias de esta catástrofe natural. A través de estas iniciativas, la ONG busca fomentar el desarrollo de actividades lúdicas, culturales y de hábitos saludables, al mismo tiempo que ofrece apoyo emocional a los pequeños afectados.
Rodrigo Hernández, director de Save the Children en la Comunitat Valenciana, enfatiza la necesidad prioritaria que tienen muchas familias: "Una de las necesidades más urgentes que nos han transmitido es que sus hijos e hijas tengan la oportunidad de escapar de la difícil realidad por unos días. Con estas colonias urbanas, les garantizamos un espacio para el ocio y el tiempo libre, permitiendo que disfruten de unas vacaciones que se asemejen a la normalidad y les ayuden a olvidar, aunque sea temporalmente, la adversidad que les rodea."
Las actividades organizadas están dirigidas a niños y niñas de entre 3 y 17 años, quienes se benefician de entornos seguros y acogedores en localidades como La Torre y Sedaví. Además, Save the Children colabora con el ayuntamiento de Paiporta para ayudar a implementar actividades similares que beneficien a la infancia de esa área.
Uno de los puntos más críticos que ha puesto de manifiesto la ONG tras la emergencia causada por la dana es la cuestión nutricional. En este sentido, las colonias aseguran al menos una comida equilibrada al día para los pequeños, ya sea en el propio centro o mediante servicios de catering que permiten llevar alimentos a casa. Para muchas familias, este alimento representa la única oportunidad de que sus hijos e hijas mantengan una dieta nutritiva y equilibrada durante los días en que los comedores escolares permanecen cerrados.
Los datos son alarmantes: Save the Children estima que más de 18,000 niños y niñas en las comarcas más golpeadas ya contaban con becas de comedor antes de la llegada de la dana. La pérdida de esta comida diaria podría tener consecuencias severas en su desarrollo, advierten desde la organización.
Aun más preocupante es el hecho de que estas becas no alcanzan a toda la infancia que vive en situación de vulnerabilidad. Se estima que más de 36,000 niños y niñas menores de 16 años en las zonas afectadas están en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que representa un alarmante 29,5% del total de la población infantil en esas áreas, según el Instituto Valenciano de Estadística. Esto indica que la cantidad de menores vulnerables tras la catástrofe es considerablemente mayor.
“Si antes ya había un número significativo de niños y niñas en familias con condiciones desfavorables, la situación actual es desesperante para muchas de ellas. Con nuestras colonias de Navidad, intentamos que, por un breve período, puedan dejar atrás el sufrimiento y regresar a ser lo que son: niños y niñas”, sostiene Hernández.
Después de la devastación provocada por la dana y el cierre de escuelas, Save the Children ha establecido espacios seguros y amigables en localidades como Sedaví, La Torre y Massanassa. En estos lugares, un equipo multidisciplinario que incluye trabajadoras sociales, psicólogos y educadores, brinda a los menores apoyo emocional, físico y educativo en un ambiente seguro, alejado de peligros. Además, se llevan a cabo actividades recreativas y deportivas.
“No solo garantizamos su protección frente a riesgos físicos y cualquier tipo de violencia, sino que también aseguramos la continuidad de su educación. Proporcionamos atención psicológica para ayudarles a procesar sentimientos de miedo, pérdida y ansiedad, en un ambiente seguro. Tras haber enfrentado una tragedia, estos espacios les permiten recibir el apoyo necesario para desarrollarse de manera óptima", concluye Hernández, poniendo de relieve la importancia de estas iniciativas en momentos de crisis.
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