El ministro de Defensa de Serbia, Milos Vucevic, ha asegurado que la situación en Kosovo parece tranquila después de desplegar al Ejército en la línea de separación con Serbia. Sin embargo, ha señalado que la tensión sigue siendo alta, especialmente entre los serbios que se sienten amenazados por los actos terroristas del régimen de Kurti. Vucevic ha reiterado su compromiso de no permitir que nadie cruce las líneas rojas y ha solicitado una acción más decisiva por parte de la misión de la OTAN en Kosovo (KFOR).

Esto ha provocado un aumento de las tensiones debido a las elecciones locales celebradas en abril, que resultaron en una victoria de la minoría albanesa después de que la comunidad serbia boicoteara los comicios. La Policía kosovar intervino el viernes para que las nuevas autoridades pudieran acceder a sus despachos, lo que provocó violentos enfrentamientos entre manifestantes serbios y agentes de Policía en las calles.

Rusia ha acusado a las autoridades vinculadas a la minoría albanesa de tomar por la fuerza los edificios administrativos en varios municipios con la connivencia de las autoridades de Kosovo. Ante este escenario, el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ha puesto en alerta de combate al Ejército y ha ordenado el despliegue de tropas cerca de la frontera kosovar.