24h España.

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Mitsubishi anticipa una caída del 75% en sus ganancias para el 2025, afectada por aranceles de 186 millones.

Mitsubishi anticipa una caída del 75% en sus ganancias para el 2025, afectada por aranceles de 186 millones.

En un contexto económico marcado por desafíos globales, Mitsubishi Motors, el reconocido fabricante japonés, ha emitido un pronóstico preocupante para su ejercicio fiscal 2025-2026. Se espera que sus ganancias se reduzcan un 75%, alcanzando solo 10.000 millones de yenes, lo que equivale a aproximadamente 58,3 millones de euros. Esta caída se enmarca en el impacto considerable de los aranceles, que la empresa estima en 32 billones de yenes, alrededor de 186,7 millones de euros.

El CEO de Mitsubishi, Takao Kato, ha señalado que las expectativas de pérdidas se deben a la combinación de incrementos de precios planeados y un recorte en los incentivos, medidas necesarias para contrarrestar el efecto perjudicial de los aranceles. Estos factores han implicado una reestructuración estratégica en sus operaciones para asegurar la viabilidad económica frente a un panorama desafiante.

A pesar de la reducción esperada en sus ganancias, Mitsubishi anticipa un aumento en su volumen de ventas, proyectando 2,86 millones de unidades entregadas, lo que representa un incremento del 3% en comparación con el año anterior. Sin embargo, la compañía deberá lidiar con la realidad de que sus ingresos totales se verán disminuidos en cerca de 30.000 millones de yenes, es decir, 180 millones de euros menos que en el ejercicio anterior.

En lo que respecta a su rendimiento operativo, la firma japonesa prevé un beneficio de 70.000 millones de yenes, equivalente a unos 408,4 millones de euros, lo que significaría una caída del 50% en comparación con el ejercicio anterior. Este retroceso plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de sus estrategias a largo plazo y su adaptación a un entorno volátil.

Las reacciones del mercado han sido inmediatas ante estas proyecciones, ya que las acciones de Mitsubishi sufrieron una caída del 2% al cierre de la jornada, posicionándose en 401,5 yenes por acción. Este descenso refleja la preocupación de los inversores sobre la capacidad de la empresa para gestionar los retos que se avecinan en el horizonte económico.