ROMA, 7 de mayo. (Reportera de Europa Press, Laura Ramírez) -

En un ambiente cargado de expectación y fervor, miles de personas se han reunido este miércoles 7 de mayo, marcando el inicio del Cónclave, en los alrededores de la emblemática Plaza de San Pedro. A pesar de que se anticipa que la primera fumata será negra, la emoción de los presentes es palpable.

Desde las 18:30 horas, el área alrededor de la Plaza está completamente llena. Fieles, turistas y curiosos de diversas nacionalidades aguardan con ansias la aparición del humo, símbolo de la elección del nuevo Papa.

Entre la multitud se encuentran Marta y Guillermo, dos jóvenes de 24 y 25 años, quienes han realizado un viaje en coche desde Bélgica hasta Roma únicamente para presenciar este acontecimiento. Guillermo, envuelto en una bandera española, enfatiza la relevancia del momento mientras que Marta comparte su entusiasmo: "Estoy subiendo mucho contenido a mi TikTok. Deseo que el nuevo Papa continúe en la línea de su predecesor, que era bastante liberal", dice Marta. A lo que Guillermo agrega entre risas, "que sea lo que Dios quiera".

Las agujas del reloj señalan las 19:10 y un helicóptero sobrevuela el cielo del Vaticano, mientras las gaviotas planean sobre la majestuosa columnata. Una joven aprovecha el momento para tomarse un selfie con la basílica al fondo, inmortalizando la ocasión.

Pacientemente, personas de todas las edades esperan durante más de una hora. Entre los más jóvenes, se encuentran Sofía y Martina, dos romanas de 21 años, que han decidido acercarse a la plaza dado su vecindario cercano. "Es un momento único en la vida, algo histórico que no se repite a menudo", comenta Sofía con entusiasmo.

Martina, con su teléfono en mano, apunta hacia la chimenea de la Capilla Sixtina, lista para captar el esperado instante del humo. Su plan es compartir el momento en sus redes sociales. "Pensamos que saldrá humo negro ahora y, si todo va bien, el blanco mañana", especulan las amigas, quienes, a pesar de no tener un favorito entre los cardenales, admiten que eran grandes admiradoras del Papa Francisco.

A las 19:40, un murmullo excitado comienza a circular por la multitud congregada cerca de la plaza. Aunque se esperaba el humo aproximadamente a las 19:00, el cielo permanece en silencio hasta el momento. De vez en cuando, se escuchan vítores y miradas expectantes se dirigen a la chimenea, aunque el momento sigue sin llegar, generando falsas alarmas entre los asistentes.