En un movimiento que ha generado controversia, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos confirmó este martes la detención de once ciudadanos iraníes en lo que se describe como una operación contra la inmigración irregular. Entre los detenidos se encuentra un exintegrante de la Guardia Revolucionaria iraní y un individuo con vínculos directos al grupo chií Hezbolá, conocido por su papel en el conflicto de Medio Oriente.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) anunció que las detenciones tuvieron lugar durante el pasado fin de semana, enfatizando que algunos de los arrestados poseen antecedentes que los vinculan con actividades sospechosas de terrorismo. La agencia compartió detalles en su cuenta de la red social X, destacando que uno de los arrestados es un presunto exfrancotirador del ejército iraní, lo cual aumenta las tensiones en una época de polarización en torno a las cuestiones de seguridad nacional.

En un esfuerzo por justificar esta operación, el Departamento aseguró que las identidades y fotografías de los detenidos se han difundido para resaltar el compromiso de la secretaria de Seguridad, Kristi Noem, en mantener a aquellos considerados terroristas fuera de las comunidades estadounidenses. Esta afirmación ha suscitado críticas por su enfoque en la estigmatización de ciertos grupos migratorios.

Asimismo, se ha informado de la detención de una ciudadana estadounidense, identificada como Linet Vartaniann, quien supuestamente brindó refugio a uno de los detenidos. Se le acusa de haber amenazado a los agentes del ICE durante su intento de arresto, con expresiones violentas dirigidas hacia los funcionarios. Este incidente ha reiniciado el debate sobre el papel de los ciudadanos en la protección de individuos en situaciones legales complicadas.