El mundo del balonmano se vio sacudido este fin de semana por un inesperado incidente durante un partido en el que participó Pablo Urdangarín. A sus 24 años, el joven jugador se encuentra en un momento culminante de su carrera, habiendo sido convocado por primera vez a representar a la Selección Española. Sin embargo, su último encuentro con el Fraikin BM Granollers, que tuvo lugar con la infanta Cristina en las gradas, estuvo marcado por un accidente desafortunado.

En medio de una emocionante jugada, el sobrino del Rey Felipe VI recibió un balonazo que lo llevó al suelo, dejando su rostro ensangrentado y con un labio severamente dañado. La preocupación fue inmediata entre los espectadores, especialmente su madre y su novia, Johanna Zott, quienes vieron cómo Pablo, tras ser atendido por médicos del equipo, se acercó rápidamente a ellas para tranquilizarlas y compartir que, a pesar del susto, solo había sufrido una herida menor.

Con una actitud positiva, Pablo se mostró ante las cámaras de Europa Press con una sonrisa, aunque aún se notaban las secuelas de su golpe. "Eh, bien, un pequeño golpe nada más", expresó con humor, mientras mostraba un labio que, aunque dañado, no le impediría seguir adelante. "El médico me ha dicho que es solo un golpe y no necesito puntos. Esto se cura solo, y ya estoy listo para entrenar", añadió, dejando claro que su espíritu competitivo sigue intacto.

En cuanto a la reacción de la infanta Cristina al incidente, Urdangarín confesó que, naturalmente, ella se mostró preocupada. No obstante, quiso restarle importancia al asunto, reafirmando su estado de bienestar: "Estoy bien, estoy bien", dijo, queriendo tranquilizar a todos aquellos que lo apoyan.

Afortunadamente, este pequeño contratiempo no afectará su sueño de debutar con la Selección de Balonmano. El próximo 30 de octubre, Pablo tendrá la oportunidad de mostrar su talento en un amistoso contra Suecia. "Estoy muy contento, era mi ilusión", expresó, emocionado por seguir los pasos de su padre en el deporte que ambos aman.