
El primer ministro de Haití, Garry Conille, ha tomado la decisión de ofrecer un ultimátum a las bandas criminales del país para que depongan las armas y pongan fin a la ola de violencia que azota a la nación caribeña. Esta medida surge en medio de una crisis de violencia sin precedentes, que ha dejado más de 1.600 muertos y 850 heridos durante el primer trimestre del año.
Tras el magnicidio del presidente Jovenel Moise en 2021, se ha desplegado una fuerza internacional liderada por Kenia para apoyar a las fuerzas de seguridad haitianas, que se encuentran desbordadas ante el incremento de la violencia. En abril se creó un Consejo de Transición Presidencial, liderado por el expresidente del Senado Edgard Leblanc, quien nombró a Conille como primer ministro.
Conille rectificó su postura inicial de exigir una rendición inmediata e incondicional de las bandas criminales, optando ahora por darles un plazo limitado para que depongan las armas. En una rueda de prensa, el primer ministro afirmó que las víctimas de la violencia recibirán indemnizaciones correspondientes para garantizar una salida sostenible de la situación actual.
El líder haitiano ha destacado que el pueblo de Haití no va a perder la batalla contra la violencia, pero también ha subrayado que la confrontación es el último recurso. Su objetivo principal es restablecer el orden en el país para que todos los ciudadanos puedan vivir en paz.
Recientemente, el líder de una de las principales bandas, Jimmy Chérizier, conocido como 'Barbecue', ha mostrado disposición a dialogar con Conille para buscar una solución a la crisis. Chérizier elogió el respaldo de Estados Unidos al primer ministro haitiano y se mostró dispuesto a colaborar en la búsqueda de la paz en Haití.
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