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Rusia organiza su propio festival musical, excluyendo Eurovisión y celebrando la unidad con aliados afines.

Rusia organiza su propio festival musical, excluyendo Eurovisión y celebrando la unidad con aliados afines.

En la noche del sábado, el festival Intervisión, promovido por Rusia como una alternativa a Eurovisión, coronó a la representante de Vietnam, Duc Phuc, en un evento que busca reunir a naciones con posturas ideológicas similares, distanciándose de lo que el gobierno ruso califica de "perversiones", haciendo referencia a cualquier contenido relacionado con la comunidad LGTBI.

Más de 11,000 personas se dieron cita en el Live Arena de Moscú para disfrutar de esta competencia que reunió a más de 20 países. Duc Phuc resultó victorioso, superando a los representantes de Kirguistán y Qatar, en una ceremonia donde el cantante ruso, Shaman, pidió al jurado que no le otorgara puntos, expresando su deseo de no ganar.

El presidente ruso, Vladimir Putin, hizo una aparición en la gala a través de un video donde enfatizó la importancia de fomentar la identidad cultural. Este festival, lanzado en febrero, se presenta como una respuesta directa a Eurovisión, del cual Rusia fue excluida tras su invasión a Ucrania en 2022.

A pesar de que oficialmente no se impusieron vetos, Intervisión funciona como un poderoso altavoz para el Kremlin. La participación de un representante de Estados Unidos se canceló por razones familiares, y su sustituto, Vassy, no pudo presentarse debido a una "presión sin precedentes" del gobierno australiano, como alegaron las fuentes oficiales del evento.

Moscú ha expresado su intención de convertir Intervisión en un acontecimiento anual, y la gala del sábado culminó con la revelación de que Arabia Saudí será el anfitrión de este festival en 2026.

Uno de los objetivos del Kremlin es organizar eventos que reflejen su ideología social. En febrero, el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, garantizó que no habría "perversiones ni abusos sobre la naturaleza humana, como se evidenció en los Juegos Olímpicos de París".

Rusia cuenta con leyes que prohíben la difusión de contenido LGTBI, justificando estas restricciones bajo la premisa de la protección de los menores de edad, lo que evidencia un compromiso firme en la defensa de su postura política y cultural.