El 13 de octubre, las autoridades rusas han hecho oficiales las acusaciones que relacionan al grupo extremista Estado Islámico con un atentado trágico ocurrido en Moscú, donde perdió la vida el teniente general Igor Kirillov, quien dirigía las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica del país. Este incidente se remonta a diciembre de 2024.

Según el Servicio Federal de Seguridad (FSB), el autor principal del ataque, Saidakbar Gulomov, reclutó a un ciudadano uzbeko en Moscú, con el objetivo de llevar a cabo este ataque, el cual, según las autoridades, fue inicialmente planeado por la Inteligencia ucraniana.

El fatal desenlace se produjo cuando Gulomov y uno de sus asistentes fallecieron en una explosión cerca de un edificio residencial en la capital rusa. Ante estos hechos, cuatro personas han sido acusadas formalmente de terrorismo, según información proporcionada por la agencia Interfax.

Kirillov, que supervisaba las operaciones relacionadas con la defensa contra armas de destrucción masiva y coordinaba la seguridad civil ante incidentes nucleares, biológicos o químicos, murió el 17 de diciembre. Su fallecimiento sucedió poco después de que el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) revelara su imputación por su supuesta participación en el uso de armamento químico durante la invasión rusa.