
En un encuentro reciente en Madrid, el presidente de Túnez, Kais Saied, dejó claro su rechazo a la idea de que su país actúe como un punto de paso o un refugio para migrantes. Esta declaración se realizó durante una reunión con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien ha estado buscando alianzas en torno a la cuestión de la migración en el Mediterráneo.
“Túnez ha estado soportando una carga significativa y nuestra postura es innegable: no seremos un país de tránsito ni de asentamiento”, afirmó Saied. Este comentario refleja la creciente presión que enfrenta el país como el principal punto de partida para aquellos que intentan llegar a Europa, a medida que muchos huyen de situaciones de crisis en sus naciones de origen. Durante su diálogo, ambos líderes exploraron formas de mejorar la repatriación de migrantes irregulares que se hallan en Túnez, sugiriendo facilidades que podrían incluir vuelos directos a sus países de origen.
El presidente tunecino subrayó que los migrantes irregulares son en gran medida víctimas de un sistema global injusto y que toda la situación también repercute de manera negativa en Túnez. Además, enfatizó que su gobierno se esfuerza por tratar a estos individuos con dignidad, incluso durante el cierre de diversos campamentos que albergan a migrantes.
La conversación no se limitó solo a la migración; también abarcó una serie de estrategias para fortalecer la colaboración en sectores claves como el transporte, la salud, la agricultura y la energía. De hecho, se tocó la delicada situación de Palestina y las injusticias que se viven en la región, como parte de la agenda progresista que ambos líderes quieren promover, según se detalla en un comunicado oficial de la Presidencia tunecina.
Por su parte, Meloni hizo hincapié en el auge de la cooperación entre Italia y Túnez, utilizando su cuenta en la red social X para resaltar el éxito del Plan Mattei para África. Este ambicioso proyecto, que busca invertir 5.500 millones de euros en áreas indispensables como salud, educación y energía, tiene como objetivo mitigar las causas de la migración que afectan tanto a África como a Europa.
“En mi visita a Túnez, me reuní con el presidente Kais Saied y discutimos la cooperación en materia de migración, así como nuestro compromiso conjunto para desmantelar las redes de tráfico humano. Prestamos también especial atención a los sectores del agua y la agricultura”, explicó Meloni. Añadió que tanto Italia como Túnez son piezas clave para conectar el potencial energético de África con la demanda creciente de Europa, uniendo así sus objetivos mutuamente beneficiosos.
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