
La próxima cumbre en La Haya será el escenario clave para que España presente un enfoque renovado en su inversión en defensa, llegando con el compromiso firme de alcanzar el 2% de su PIB, según aseguraron fuentes del Gobierno.
El presidente Pedro Sánchez ha manifestado su deseo de que se reevalúe cómo la OTAN contabiliza las inversiones en defensa de sus miembros, proponiendo que este tema se incorpore a la agenda de discusión en el encuentro programado para junio en los Países Bajos.
Esta semana, Sánchez reveló un plan acelerado para aumentar el gasto en seguridad y defensa, asegurando que España logrará este objetivo antes de lo previsto, alcanzando el 2% del PIB en 2025, adelantando así el compromiso originalmente fijado para 2029.
El mandatario proporcionó detalles sobre cómo se llevará a cabo esta inversión adicional, que ascenderá a más de 10.000 millones de euros este año, y enfatizó que este gasto no afectará ni al bienestar social ni incrementará la deuda de los ciudadanos.
El entorno geopolítico actual, marcado por las acciones agresivas de Rusia y las convulsiones políticas en Estados Unidos, ha puesto a Europa en una posición en la que necesita asegurar su propia defensa, y España ha decidido asumir este reto con seriedad, como subrayó Sánchez durante su intervención en La Moncloa.
La meta del 2% del PIB en gasto de defensa parece estar quedando atrás, y figuras como el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, están comenzando a plantear la posibilidad de alcanzar cifras aún más elevadas, como el 3 o el 3,5%.
Sánchez se prepara para la cumbre del 24 y 25 de junio con la convicción de que, a pesar de haber cumplido con el objetivo inicial, podría enfrentarse a nuevas exigencias para incrementar los esfuerzos en materia de defensa y seguridad.
No obstante, dentro del Gobierno hay inquietud respecto a las métricas de la OTAN, que consideran injustas y desfavorables para España, que, tal como creen, aporta más de lo que se refleja en las evaluaciones actuales. Así, defienden que el esfuerzo de España debe ser visibilizado adecuadamente.
El Ejecutivo señala que es desproporcionado que algunos países, particularmente los de menor tamaño, sean calificados de manera más favorable mientras que España, con una larga trayectoria en misiones internacionales bajo el ala de la OTAN, no recibe el reconocimiento correspondiente.
Además, subrayan que el crecimiento del PIB español en los últimos años exige una revisión del gasto en defensa bajo los parámetros actuales, argumentando que deben compararse con otros países aliados de tamaño similar para lograr una evaluación más equitativa.
El círculo cercano a Sánchez opina que es crucial actualizar y revisar las métricas utilizadas por la OTAN, insistiendo en que este diálogo ya está en curso en la Comisión Europea y debe replicarse en la Alianza Atlántica.
Al evaluar la posibilidad de elevar el gasto hasta el 3% o más, el Gobierno enfatiza que la conversación no debería centrarse únicamente en alcanzar cifras específicas, sino en garantizar que cada euro invertido se utilice de la manera más eficiente posible.
Desde esa perspectiva, una vez que se logre el 2% del PIB, el verdadero desafío será optimizar el gasto en defensa y fomentar una industria de defensa conjunta a nivel europeo.
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