En una declaración que marca un hito en la política de defensa europea, el Gobierno sueco ha revelado planes para un aumento significativo en su presupuesto militar, que el primer ministro Ulf Kristersson califica como el mayor esfuerzo de rearmamento desde la época de la Guerra Fría. En un futuro próximo, se espera que Suecia destine el 3,5% de su Producto Interno Bruto (PIB) a asuntos de defensa para el año 2030.

Este ambicioso plan, que ha encontrado respaldo entre las fuerzas de ultraderecha, particularmente los Demócratas de Suecia, incluye una inversión adicional de aproximadamente 300.000 millones de coronas (alrededor de 28.000 millones de euros). A pesar de esta intensa inyección de recursos, Kristersson ha asegurado que su Gobierno pretende evitar recortes en otras áreas críticas, como el bienestar y la seguridad social, según reporta la cadena SVT.

El anuncio se produce en un momento clave, ya que Suecia se prepara para convertirse en el último miembro en unirse a la OTAN en marzo de 2024. Este movimiento es el resultado de un proceso conjunto con Finlandia que se aceleró a raíz de la invasión rusa a Ucrania, planteando nuevas realidades geopolíticas en la región.

A pesar de que Suecia ya superó el umbral del 2% del PIB en gasto militar, la presión para aumentar estas cifras podría intensificarse. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está promoviendo una agenda que podría llevar a los aliados a destinar hasta el 5% de su PIB a defensa, un objetivo que se discutiría en la cumbre de junio en La Haya.