Madrid, 13 de noviembre. En un movimiento que ha captado la atención internacional, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha formalizado la nominación de Marco Rubio, senador por Florida, como su nuevo secretario de Estado. Esta decisión ratifica los rumores que circulaban en los últimos días y marca un avance significativo en la selección de altos funcionarios que compondrán su administración.

Rubio, descendiente de inmigrantes cubanos y destacado exrival político de Trump, ha sido elegido para desempeñar un papel clave en la diplomacia estadounidense en esta nueva etapa de la Casa Blanca. Además, su nombramiento se produce en un contexto donde Trump no solo tiene el control del poder ejecutivo, sino que también cuenta con una mayoría en el Congreso y el respaldo del Tribunal Supremo, lo que sugiere una agenda ambiciosa por delante.

En un comunicado emitido por su equipo de transición, Trump elogió a Rubio, describiéndolo como "un líder muy respetado y una voz poderosa en defensa de la libertad". El presidente electo se mostró confiado en que Rubio será un defensor incansable de la nación, un aliado leal para los amigos de Estados Unidos y un firme oponente para aquellos considerados adversarios.

Con 53 años, Marco Rubio ha sido un miembro activo de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, lo que le otorga una sólida experiencia en asuntos internacionales. Durante la reciente campaña electoral, incluso llegó a ser mencionado como posible compañero de fórmula para Trump, quien finalmente se enfrentó a la actual vicepresidenta Kamala Harris y logró obtener la victoria. Este nuevo capítulo en la política estadounidense promete ser un terreno fértil para la implementación de la agenda de Trump, con Rubio al timón de la diplomacia nacional.