24h España.

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Un tercio de los implicados en el escándalo de corrupción de 'Púnica' admiten las irregularidades en contratos de 224 millones.

Un tercio de los implicados en el escándalo de corrupción de 'Púnica' admiten las irregularidades en contratos de 224 millones.

En el contexto del juicio que se lleva a cabo en la Audiencia Nacional, 37 individuos se enfrentan a serias acusaciones vinculadas a la corrupción y la mala gestión en la adjudicación de contratos públicos a la empresa Cofely. Este proceso judicial comenzó el pasado lunes y, hasta ahora, ha revelado que casi la mitad de los acusados ha reconocido su implicación en los hechos que se les imputan, lo que pone en evidencia la magnitud de las irregularidades.

La primera jornada del juicio se desarrolló en el marco de la pieza separada número 6 de la conocida trama de corrupción 'Púnica' y ha sido testigo de 13 conformidades con la acusación de la Fiscalía. Entre aquellos que han admitido su culpabilidad se encuentra el constructor David Marjaliza, quien, a través de su abogado, ha destacado que tanto él como la acusada Ana Ramírez comenzaron a colaborar desde las primeras etapas de la investigación.

Asimismo, la defensa de varios acusados ha presentado su adhesión a los cargos formulados por el Ministerio Público, como es el caso del exalcalde de Parla, José María Fraile. Sin embargo, hay otros implicados que han optado por mantener conversaciones con la Fiscalía antes de llegar a una decisión, como los exalcaldes Carlos Alberto Estrada Pita y Gonzalo Cubas Navarro.

La continuación del juicio está prevista para el próximo jueves, donde se abordarán principalmente las cuestiones previas y, si el tiempo lo permite, se escucharán las declaraciones de algunos de los acusados. Es importante señalar que el juez que dirige la causa ha imputado a los 37 acusados, junto con la propia empresa Cofely, una serie de delitos graves que incluyen organización criminal, prevaricación y cohecho.

La investigación se centra en contratos que Cofely obtuvo en varios municipios, incluyendo Parla, Alcalá de Henares y Móstoles, lo que suma un total de 224 millones de euros en controversiales adjudicaciones. La historia de este entramado se remonta entre 2012 y 2014, cuando se estableció una supuesta estructura criminal que operaba con la intención de conseguir más contratos a través de negociaciones corruptas con funcionarios públicos.

El exmagistrado Manuel García Castellón ha expuesto que la relación entre Cofely y Marjaliza se formalizó mediante un contrato de asesoría que permitía al empresario recibir pagos en función de los contratos logrados. Este acuerdo, que permitió un flujo de ingresos significativo, fue diseñado para mantener la apariencia de un negocio legítimo, a pesar de su evidente naturaleza fraudulenta.

A medida que la trama se desarrolla, el magistrado detalló cómo Cofely, bajo la dirección de Maurice Didier Roger, utilizó a Marjaliza como un intermediario para facilitar sobornos y obtener contratos en distintos ayuntamientos, que finalmente fueron inflados con facturas de servicios que nunca se llevaron a cabo.

Entre las estrategias empleadas por los acusados, se destaca la creación de un "complemento de éxito" que permitía incluir los costos de sobornos escondidos dentro de los contratos, todo ello mientras trataban de evadir las miradas inquisitivas de los funcionarios y los sistemas de control dentro de las administraciones públicas. Sin embargo, el plan se topó con la realidad de la insolvencia económica de muchos de estos ayuntamientos y resistencias internas que impedían su ejecución efectiva.

En conclusión, los detalles expuestos en el juicio ilustran el funcionamiento de una red corrupta que, aunque diseñada para prosperar, fue finalmente desmantelada por la acción judicial. Los ayuntamientos afectados, además, enfrentaron complicaciones financieras que complicaron aún más las operaciones de Cofely, lo que culminó en el colapso de esta operación corrupta bajo la presión de la justicia.