Aldeas Infantiles solicita ayuda para jóvenes que salen de la tutela, con un 40% amenazados por la pobreza al enfrentar la vida adulta.

En Madrid, el 15 de octubre, se ha hecho eco un urgente llamado de atención sobre la crítica situación que enfrentan los jóvenes que han salido del sistema de protección en España. Esta denuncia proviene de Aldeas Infantiles SOS, destacando que la transición a la vida adulta para estos jóvenes es un camino lleno de desigualdades y escasas oportunidades.
María José Ferrer, la directora de la organización, ha manifestado su preocupación en el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, subrayando que para muchos de estos jóvenes, alcanzar la mayoría de edad no simboliza un nuevo comienzo de libertad, sino, por el contrario, el inicio de una etapa repleta de incertidumbres y responsabilidades que tienen que asumir solitariamente.
Un informe titulado 'Condiciones de vida tras salir del sistema de protección en España' revela que un alarmante 40,9% de los ex tutelados se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, comparado con un 24,5% entre el resto de la población. Esta significativa disparidad pone de manifiesto los enormes retos que enfrentan en su paso hacia la vida adulta, una travesía que, según la entidad, es considerablemente más desafiante para ellos.
A diferencia de la edad media de emancipación en el país, que ronda los 30 años, estos jóvenes deben afrontar su independencia a los 18, a menudo sin un entorno familiar de apoyo y con escasos recursos económicos o emocionales. Ferrer ha comentado que "la salida del sistema se experimenta con temor y ansiedad, bajo la presión constante de conseguir salir adelante sin apenas ayuda disponible”. Esta inestabilidad, sumada a los prejuicios que enfrentan, convierte a este colectivo en el más vulnerable a la pobreza y exclusión social en España.
Aldeas Infantiles SOS resalta que la pobreza posee un fuerte matiz intergeneracional. De hecho, seis de cada diez jóvenes extutelados logran integrarse plenamente en la sociedad cuando reciben apoyo que persiste más allá de la mayoría de edad, el acceso a una vivienda estable y oportunidades de formación y empleo.
Se observa que el 43,5% de los jóvenes extutelados que son padres o madres se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, mientras que el 56,5% restante ha conseguido estabilizar su situación. Los propios jóvenes han tomado la iniciativa de participar en grupos de discusión organizados por Aldeas Infantiles SOS, donde han coincidido en la necesidad de planificar su salida del sistema al menos con dos años de antelación, solicitando que el acompañamiento se extienda hasta los 25 años. Además, hacen un llamado para que se les reconozca como un colectivo vulnerable, dejando de ser invisibles en las estadísticas oficiales.
Aldeas Infantiles SOS ha afirmado que su labor con estos jóvenes se articula a través de los Programas de Jóvenes, que integran apoyo educativo, emocional y dirigido hacia la vivienda, así como orientación laboral y acompañamiento personalizado. "No trabajamos para los jóvenes, sino con ellos, respetando sus historias y decisiones. Les ayudamos a fortalecer su confianza, resiliencia y redes de apoyo, facilitando así la construcción de un futuro verdaderamente independiente," concluyó Ferrer.
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