Andalucía inicia la convocatoria de 2.000 mujeres para el cribado de cáncer de mama y promete asumir responsabilidades.

SEVILLA, 2 de octubre.
La Junta de Andalucía ha iniciado un proceso de comunicación con 2.000 mujeres de toda la comunidad que se sometieron a mamografías dentro del programa de detección temprana del cáncer de mama. Esta acción surge tras la identificación de “errores de comunicación” que han provocado retrasos en las pruebas complementarias solicitadas para varios casos donde las mamografías mostraron resultados dudosos. En una reunión con la asociación Amama, la Consejería de Salud y Consumo ha prometido asumir responsabilidades y facilitar información adicional en un mes.
De acuerdo con un comunicado, las 2.000 mujeres --dentro de una población total de alrededor de 1,3 millones que participan en el programa-- recibirán llamadas “una a una”. La Consejería, liderada por Rocío Hernández, aclaró que se trata de pacientes con lesiones que no parecen graves pero que requieren seguimiento médico. La consejera se comprometió a que, en una semana, todas recibirán información sobre su situación.
Las mamografías en el marco del programa de detección del cáncer de mama pueden resultar en tres tipos de diagnósticos: negativo, positivo y lesiones posiblemente benignas. Las mujeres con diagnósticos negativos o positivos son informadas adecuadamente; sin embargo, en el caso de resultados que muestran lesiones posiblemente benignas, muchas no son notificadas sobre la necesidad de seguimiento médico, lo que genera confusión e incertidumbre.
La consejera ha señalado que en estos casos las imágenes son revisadas por hasta tres radiólogos y, dependiendo de los factores de riesgo, se determina cuándo realizar la segunda prueba. Las pacientes, que no son informadas de este proceso, pueden recibir una llamada inesperada semanas o meses después, lo que provoca “alarma y angustia” al no entender la razón detrás del contacto.
“Es un aspecto que debe corregirse y es posible hacerlo”, ha comentado Hernández. Destacó que el 98% de las mujeres que requieren una segunda prueba diagnóstica terminan siendo diagnosticadas con lesiones benignas. Además, defendió la solidez del programa de cribado en Andalucía, que opera bajo criterios reglamentarios y es estructurado de manera efectiva.
Por su parte, Ángela Claverol, presidenta de Amama, manifestó que la Consejería no ha determinado quién fue responsable de decidir no avisar a las pacientes cuyos mamogramas mostraron anomalías y que requerían una ecografía adicional. Durante su encuentro con Rocío Hernández --quien reiteró su disculpa--, la Junta se comprometió a revisar mamografías de los últimos tres años y a identificar responsables de esta situación.
Los problemas identificados hasta el momento incluyen el Hospital Virgen del Rocío en Sevilla y varios centros de salud, mientras que desde Amama se espera que el circuito preferente para quienes han sufrido retrasos esté operativo pronto. “Nos sentimos menospreciadas. No estamos aquí para hacer política, sino para encontrar soluciones”, expresó Claverol, quien adelantó que su asociación está considerando una demanda colectiva, dependiendo de cómo se aborden la información y las acciones en el próximo mes, según explicó su abogado Manuel Jiménez.
El consejero de Presidencia, Antonio Sanz, fue el primero en mencionar en una comisión parlamentaria las 2.000 mujeres que están siendo contactadas, señalando que el PSOE-A está creando inquietud al afirmar que hay “2.000 mujeres afectadas”. “Estas llamadas son para asegurar que nadie quede fuera del seguimiento, y luego veremos cuántas son. El PSOE prefiere el conflicto y dañarse la imagen, incluso a costa de mentir”, indicó Sanz.
El programa de cribado de cáncer de mama constituye una estrategia de detección temprana que busca identificar cáncer en mujeres sin factores de riesgo. Implementado en Andalucía desde 1995, ha evolucionado de forma gradual, entrando en una fase de mejora continua. Entre sus objetivos se encuentran optimizar la captura de la población y su participación, agilizar los circuitos de diagnóstico, mejorar sistemas informáticos y resolver incidentes específicos.
Para ello, el SAS ha formado un equipo interdisciplinario para abordar las mejoras. Gracias a ello, el número de mamógrafos disponibles ha aumentado significativamente: en 2023 se adquirieron 28 nuevas unidades, en 2024 otras 33 y en 2025 se incorporarán cuatro más. Este crecimiento ha permitido expandir la actividad, pasando de 440.000 citas gestionadas en 2022 a 848.000 en los primeros nueve meses de 2025, lo que representa un incremento del 48% en cuatro años.
El número de mamografías realizadas ha subido de 332.414 a 484.527 en este lapso. La tasa de participación se mantiene alrededor del 70-75%, con una cobertura de casi el 80% de la población objetivo, que actualmente se centra en mujeres de 49 a 71 años. Esta franja de edad se ampliará progresivamente en dos años cada año. Gracias a este programa, se establece anualmente la sospecha de cáncer de mama en aproximadamente 2.100 mujeres.
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