En una reciente declaración, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha manifestado su enérgico rechazo ante el "atroz y cobarde" ataque terrrorista perpetrado por el Ejército de Liberación Baluche (BLA), que tuvo lugar el pasado 11 de marzo en Pakistán. Este ataque, dirigido a un tren con alrededor de 400 pasajeros, resultó en la toma de rehenes y la trágica muerte de al menos 25 personas, presuntamente miembros de las fuerzas de seguridad.

El comunicado oficial de la ONU no solo condena este acto de violencia, sino que también destaca el dolor que ha causado a la nación pakistaní. Se refiere al ataque contra el Jaffar Express, que cubría la ruta entre Quetta y Peshawar, como un ataque "reprehensible", instando a una respuesta firme y coordinada ante tales actos de barbarie que atentan contra la paz pública.

En su mensaje, los miembros del Consejo de Seguridad subrayan la necesidad de abordar la "grave amenaza" del terrorismo en todas sus formas, haciendo un llamado a la comunidad internacional para que se responsabilice a los perpetradores y financiadores de tales acciones. Esta declaración refleja la urgencia de llevar a cabo justicia y garantizar que aquellos que planean y ejecutan actos terroristas enfrenten las consecuencias de sus acciones.

Asimismo, se ha recordado que, bajo el marco del Derecho Internacional, todos los Estados tienen la obligación de colaborar con el Gobierno de Pakistán en la lucha contra el terrorismo. Los representantes de la ONU han instado a utilizar "todos los medios" disponibles para hacer frente a las amenazas que este fenómeno representa para la estabilidad global.

El contexto de este ataque no es aislado, ya que Pakistán ha sido testigo de un cambio alarmante en la actividad terrorista en los últimos meses, con un incremento de ataques por parte de grupos como Tehrik-i-Talibán Pakistan (TTP) y el BLA. Estos grupos buscan una mayor autonomía para la población baluche o incluso la independencia de Baluchistán, lo que ha agudizado las tensiones en la región.

Tras asumir la responsabilidad del ataque, el BLA ha intensificado su desafío al gobierno paquistaní. El ataque a la línea ferroviaria, que se produjo cerca de la frontera afgana, ha llevado a la suspensión de los servicios de tren en la zona por un periodo de tres días, reflejando no solo las preocupaciones de seguridad, sino también el impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos.