
En una tragedia que resalta la vulnerabilidad de ciertas regiones de África, esta madrugada, al menos once vidas se han apagado y ocho personas han quedado heridas en la localidad de Kavulu, en el este de la República Democrática del Congo. Este devastador incidente ha sido provocado por un torrente de agua y tierra que ha arrasado con la comunidad, situada en la provincia de Kivu Sur.
Kivu Sur es una zona que frecuentemente enfrenta las severas consecuencias de las lluvias intensas, un fenómeno que, lastimosamente, no es nuevo. En mayo del año anterior, otro episodio similar resultó en la tragedia de casi 440 muertes debido a deslizamientos de tierra e inundaciones en el territorio de Kalehe, subrayando un ciclo de desastre que persiste en esta región.
Delphin Birimbi, portavoz de una organización civil de Kalehe, ha corroborado este penoso balance de víctimas al portal noticioso congoleño Actualité, brindando una voz a quienes sufren en silencio las inclemencias del clima y la falta de recursos para enfrentar tales adversidades.
Además de las pérdidas humanas, Birimbi ha comunicado que el deslizamiento ha dejado una estela de destrucción material, arrasando completamente siete viviendas y dejando otras 31 en condiciones semidestruidas. La comunidad se enfrenta, no solo al duelo, sino también a la angustiante tarea de reconstruir lo que han perdido.
Las labores de rescate están siendo coordinadas por valientes socorristas de la Cruz Roja, que trabajan codo a codo con un contingente del Ejército congoleño, evidenciando el espíritu de solidaridad en tiempos de crisis. Sin embargo, queda claro que, para muchas comunidades en Kivu Sur, este desastre es un recordatorio desgarrador de la fragilidad de su entorno y la urgencia de medidas más efectivas para mitigar los efectos del cambio climático y la gestión de desastres.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.