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Disminuyen un 0,8% los contratos para personas con discapacidad en 2024, el nivel más bajo desde 2016, informa Fundación ONCE.

Disminuyen un 0,8% los contratos para personas con discapacidad en 2024, el nivel más bajo desde 2016, informa Fundación ONCE.

El panorama laboral para las mujeres con discapacidad sigue siendo desalentador, ya que su representación en el empleo asciende a un ínfimo 41% dentro del total de la contratación destinada a este colectivo.

En la actualidad, los datos de 2024 reflejan una caída del 0,8% en la contratación de personas con discapacidad, alcanzando un total de 271.765 contratos, la cifra más baja desde 2016, cuando se registraron 268.160. Esta información ha sido recopilada por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y difundida a través de la Fundación ONCE, lo que pone de relieve una tendencia preocupante.

El análisis revela que en 2024 se firmaron 2.274 menos contratos que en el año anterior, cuando se contabilizaron 274.039. Este descenso representa una disminución más notable en comparación con la población general, que, aunque también ha experimentado una leve reducción del 0,2%, muestra que se agranda la brecha laboral entre las personas con y sin discapacidad.

El Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo (Odismet), en colaboración con el SEPE, ha expuesto que, a pesar de esta caída en el total de contratos, ha habido ligeras mejoras en la estabilidad del empleo para las personas con discapacidad. Específicamente, se ha reducido el número de contratos temporales al 68,4%, mientras que los contratos indefinidos han aumentado al 23,4%. Junto a los contratos fijos discontinuos, este grupo suma el 31,6% del total, en comparación con el 28% en la población general.

Además, los contratos específicos y el trabajo en Centros Especiales de Empleo (CEE) son fundamentales para el empleo de las personas con discapacidad, representando el 37% y el 27% del total, respectivamente. Sin embargo, también han padecido caídas respecto a años anteriores, con una disminución del 4,4% en los contratos específicos y del 1,8% en los de los CEE.

En términos de género, el empleo para mujeres con discapacidad es alarmantemente bajo, alcanzando solo un 41% en comparación con el 47% de las mujeres en el global de la población. Esta disparidad resalta la necesidad de un enfoque inclusivo y equitativo en el ámbito laboral.

Aun así, algunas noticias son más positivas: la contratación de jóvenes con discapacidad ha crecido un 3,9% en comparación con 2023. No obstante, la cantidad de contratos para personas menores de 30 años sigue siendo mínima, representando apenas el 19,6% del total. En contraste, el empleo juvenil en la población general alcanza casi el 40%, lo que resalta aún más la desigualdad en el mercado laboral.

Respecto a los sectores laborales, el ámbito de los servicios continúa siendo el principal generador de empleo para las personas con discapacidad, concentrando un 82,4% del trabajo existente en este colectivo. Esta cifra es significativamente más alta que en la población general, donde el sector servicios representa el 73,4%.

Las personas con discapacidad también han logrado acceder a ocupaciones que requieren una cualificación superior, como en áreas de horticultura, artes, enseñanza y programación, con cifras como 1.577 trabajadores cualificados en huertas y jardines, 1.539 artistas creativos o 284 programadores informáticos.

Por comunidades autónomas, se observa que Andalucía, Cataluña y la Comunidad de Madrid concentran casi la mitad de todos los contratos generados, representando el 46,2% de la contratación total para personas con discapacidad, a pesar de que a nivel nacional esa cifra se eleva al 51,1%. En el ámbito provincial, Madrid, Barcelona y Valencia presentan las cifras más altas de creación de empleo.

Asimismo, la directora de Formación, Empleo, Operaciones y Estudios de Fundación ONCE, Sabina Lobato, ha subrayado que el informe pone de manifiesto el crecimiento alarmante de la brecha laboral entre las personas con y sin discapacidad, lo cual es una tendencia que no puede ignorarse.

Lobato también ha enfatizado la urgencia de establecer una nueva Ley de Empleo para personas con discapacidad, que contemple estrategias públicas para facilitar el acceso a oportunidades laborales, especialmente dirigidas a jóvenes y aquellos que necesitan reorientación profesional. Además, ha expresado su preocupación por el posible impacto negativo que podría tener el futuro Estatuto del Becario.

En definitiva, ha hecho un llamado a implementar iniciativas innovadoras que propicien cambios estructurales en la empleabilidad a largo plazo y la creación de una verdadera cultura de inclusión en el entorno empresarial.