El 29 de octubre, en Madrid, se hizo oficial la reducción del despliegue militar estadounidense en Europa, una decisión que, según las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, no debe interpretarse como una disminución en el compromiso de Washington con la OTAN. Esta medida, afirman, refleja una creciente “capacidad y responsabilidad” entre los aliados europeos, lo que se considera una evolución positiva en la defensa colectiva.

Desde la división que supervisa las operaciones en Europa y África, se comunicó que, con la intención de lograr un balance en el despliegue militar, una brigada de infantería regresará a su base en Kentucky sin ser sustituida en el área. Sin embargo, no se han proporcionado detalles específicos sobre el número de efectivos involucrados.

El Gobierno rumano, que fue el primero en difundir la noticia a otros miembros de la Alianza Atlántica, confirmó la salida parcial de tropas estadounidenses de su territorio, aunque destacó que alrededor de mil soldados continuarán presentes en Rumanía.

El Ejército estadounidense subrayó que los aliados de la OTAN están cumpliendo con las expectativas del presidente Trump, quien ha instado a que asuman una mayor responsabilidad en la defensa convencional en Europa, asegurando que esta decisión no socavará la protección del continente.

La representación militar estadounidense también enfatizó que la presencia continuada de tropas en Europa se mantendrá “robusta”, lo que garantizará la capacidad de cumplir con los compromisos de defensa en el marco de la OTAN, bajo la dirección del presidente Trump.

Un portavoz de la OTAN corroboró la nueva postura de Washington, aclarando que, aunque no se han revelado cifras específicas del retraje ni qué países se verán implicados, Estados Unidos ha mantenido informada a la alianza y que la comunicación sigue activa para asegurar una defensa colectiva eficaz.

Desde la organización atlántica restan importancia a la decisión de Estados Unidos, señalando que ajustes en la presencia militar americana en Europa son algo habitual y enfatizando que, a pesar del recorte, el número de tropas estadounidenses en la región seguirá siendo superior al que existía antes de 2022.

El portavoz de la OTAN reafirmó que la organización cuenta con planes defensivos sólidos y que están trabajando para garantizar fuerzas y recursos adecuados que disuadan posibles agresiones y fortalezcan la defensa colectiva.

Las autoridades en los cuarteles aliados destacan que el compromiso de Estados Unidos con la OTAN es “evidente”, reiterando que tanto el presidente Trump como su Administración lo comunican claramente en cada oportunidad. Desde enero, Washington ha enfatizado la importancia de que Europa asuma un papel más activo en su seguridad, para que Estados Unidos pueda concentrarse en otros teatros de operaciones, como es el caso de la región del Indo-Pacífico.