El 12 de mayo, en un trágico suceso que ha conmocionado al mundo, al menos veinte niños han perdido la vida y cerca de cincuenta más han resultado heridos en un ataque devastador llevado a cabo por el Ejército de Birmania. Este ataque, considerado uno de los más letales del año, se centró en un colegio situado en la localidad de Depayin, en la región de Sagaing.

El atentado ocurrió alrededor de las 9:40 de la mañana, hora local, cuando las fuerzas militares bombardearon la escuela Oe Htein Kwin, ubicada a tan solo ocho kilómetros de Sai Pyin, un área que permanece bajo el dominio de la junta militar, que ha tomado el control del país desde el golpe de Estado de febrero de 2021.

Según informan las autoridades locales, que respaldan a los grupos rebeldes, varios de los heridos se encuentran en condición crítica. Existen temores de que la cifra de víctimas podría incrementarse en las horas siguientes, lo que agrava aún más la ya alarmante situación.

A pesar de las acusaciones de los rebeldes sobre el incumplimiento de la tregua por parte del Ejército, la junta militar decidió el pasado viernes prolongar la pausa en las hostilidades. Esta decisión se produjo en el contexto de las devastadoras consecuencias del terremoto de magnitud 7,7 que sacudió la región el 28 de marzo, el cual dejó a su paso la escalofriante cifra de aproximadamente 3,800 fallecidos.