El Papa insta a la FAO a pasar de las promesas a la acción para erradicar el hambre, calificándolo de "crimen de guerra".
El Papa Francisco ha lanzado un fuerte llamado a la conciencia global, advirtiendo que la persistencia del hambre en el mundo representa un "fracaso colectivo, una aberración ética y un error histórico". En el marco de la celebración del Día Mundial de la Alimentación, el líder religioso participó en una ceremonia organizada por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma, donde enfatizó que combatir este flagelo es "una responsabilidad compartida".
En su discurso, el Papa expresó que el ideal del “Hambre Cero” solo será alcanzable si existe una genuina voluntad para implementarlo, sugiriendo que numerosas declaraciones públicas no son suficiente. Recalcó la gravedad de la situación al catalogar el hambre como un "crimen de guerra", subrayando su impacto devastador en la humanidad.
El evento, que también conmemoró el 80.º aniversario de la FAO, congregó a diversas figuras importantes, incluida la Reina Letizia, así como diplomáticos y autoridades internacionales. Francisco hizo un llamado a todos -gobiernos, empresas y ciudadanos- para actuar. "Aquellos que sufren hambre no son ajenos; son nuestros hermanos y hermanas, y es imperativo ayudarles de inmediato", afirmó.
En un análisis preocupante, el Papa destacó que actualmente 673 millones de personas en el mundo se acuestan sin haber comido, mientras que otros 2,3 mil millones carecen de alimentos nutritivos. "Cada uno de esos números representa una vida truncada, un hogar vulnerable; hay madres que no pueden alimentar a sus hijos", señaló, insistiendo en que estos son problemas que no deben ser considerados solo como estadísticas.
El líder religioso atribuyó la crisis alimentaria actual a una "insensibilidad imperante", una economía carente de alma, y a un modelo de desarrollo y distribución de recursos que es injusto y no sostenible. En una era donde la ciencia y la tecnología han ampliado las posibilidades de la humanidad, permitir que personas mueran de hambre es inaceptable, enfatizó.
Francisco también condenó la utilización del hambre como arma en conflictos bélicos, haciendo eco de su visión de que "el silencio de quienes padecen esta tortura grita en nuestra conciencia colectiva". Insistió en que no se puede continuar ignorando esta tragedia y exhortó a todos a alimentar la urgencia y la determinación para erradicar este escándalo.
En su discurso, cuestionó si las futuras generaciones vivirán en un mundo que sea incapaz de erradicar el hambre y la pobreza. Se preguntó si los líderes podrán abandonar la polarización y las discusiones estériles que desvían la atención de las necesidades urgentes de aquellos a quienes deberían servir.
Además, el Papa defendió la importancia del multilateralismo como herramienta indispensable para enfrentar los retos globales, advirtiendo sobre las "tentaciones autocráticas" que amenazan la cooperación internacional. "Lo que los más vulnerables esperan es ser escuchados y recibir oportunidades reales", argumentó.
Bajo el lema del Día Mundial de la Alimentación de este año, “Mano a mano por unos alimentos y un futuro mejores”,Francisco subrayó la necesidad de cooperación, destacando el papel crucial de las mujeres en la lucha contra el hambre, a quienes describió como "arquitectas silenciosas de la supervivencia".
El Papa también hizo referencia a las crisis humanitarias actuales en Ucrania, Gaza, Haití, Afganistán, Mali, la República Centroafricana, Yemen y Sudán del Sur, recordando que la comunidad internacional no debe voltear la vista ante el sufrimiento ajeno.
"Los desafíos son inmensos, pero también lo son nuestras capacidades y las acciones que podemos emprender. El hambre tiene muchas caras y afecta a toda la humanidad", concluyó el Papa. En su encuentro con el director de la FAO, Qu Dongyu, este último reafirmó que el derecho a la alimentación es fundamental y que la paz es crucial para garantizarlo.
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