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Fedea propone un innovador esquema de pensiones que podría recortar gastos en un 40% durante dos décadas.

Fedea propone un innovador esquema de pensiones que podría recortar gastos en un 40% durante dos décadas.

El nuevo enfoque que se plantea en España para el sistema de pensiones podría resultar enormemente beneficioso para aquellos que han tenido carreras laborales prolongadas, así como para los jubilados anticipados y aquellos con bases de cotización más bajas.

En un estudio reciente presentado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), se sugiere una transición gradual, con un horizonte de al menos 20 años, desde el actual sistema de reparto hacia un modelo de pensiones basado en cuentas nocionales. Este cambio, afirman los autores, podría permitir una reducción del gasto en pensiones de hasta un 40% en el largo plazo, al mismo tiempo que asegura la sostenibilidad financiera del sistema.

La investigación, realizada por expertos como José Enrique Devesa, Rafael Doménech y Robert Meneu, detalla cómo el sistema de cuentas nocionales ha sido implementado con éxito en otros países europeos. En este modelo, el trabajador acumula cotizaciones en una cuenta virtual, las cuales se revalorizan según indicadores macroeconómicos. Al momento de la jubilación, el saldo se convierte en una pensión inicial mediante un cálculo actuarial que considera la edad y la esperanza de vida del jubilado.

Los defensores de este modelo sostienen que garantiza una proporcionalidad más justa entre lo que cada trabajador aporta y lo que recibe como pensión, e introduce mecanismos de ajuste automático en respuesta a cambios demográficos y económicos. Además, destaca la creación de un componente redistributivo claro y separado, a través de un sistema no contributivo financiado por impuestos.

La propuesta de Fedea contempla que esta nueva estructura comience a aplicar para aquellos nacidos a partir de 1971, en sinergia con el sistema vigente, que iría perdiendo peso paulatinamente a razón del 5% anual. Así, un trabajador de 1971 vería su pensión calculada en un 5% mediante el nuevo sistema y un 95% con el modelo actual, mientras que quienes lleguen al mercado laboral en 1990 lo harían bajo el régimen de cuentas nocionales en su totalidad.

El estudio indica que esta revolución en el modelo de pensiones no solo ayudaría a reducir gastos, sino que también abordaría las inequidades del sistema actual, que tiende a favorecer a quienes tienen carreras más cortas o bases de cotización elevadas. De esta forma, las mujeres, los autónomos y aquellos con trayectorias laborales más largas encontrarían en este nuevo sistema un marco más equitativo.

Fedea argumenta que un sistema de cuentas nocionales, bien ejecutado, podría resolver de manera automática las desigualdades del sistema actual y ofrecer pensiones que reflejen el verdadero esfuerzo contributivo de cada individuo durante su vida laboral. El estudio subraya la necesidad de una transición cuidadosa, sugiriendo que las pensiones media bajo el nuevo enfoque podrían ser un 12,2% inferiores a las actuales, lo que requeriría un periodo de ajuste de entre 10 y 20 años para evitar desajustes bruscos.

A pesar de este ajuste, Fedea enfatiza que el concepto de cuentas nocionales podría, a largo plazo, resultar en una renta vitalicia más favorable que el sistema existente. De acuerdo con sus simulaciones, la implementación de este modelo podría traducirse en pensiones sostenible y equilibradas, eliminando la necesidad de recursos externos adicionales para su financiación.

En lo que respecta a los parámetros propuestos, Fedea sugiere un tipo de cotización del 21% para pensiones, así como una edad mínima de jubilación que aumentaría a medida que se incrementa la esperanza de vida, para mantener una relación adecuada entre cotización y cobro de pensiones. Esta edad se proyecta que pase de 63,5 años en 2042 a 64,5 en 2070.

La institución considera igualmente necesario establecer un fondo de reserva y mecanismos automáticos que regulen el ajuste del sistema, así como vigilar las fluctuaciones financieras y su impacto en la pensión media y su relación con los salarios. Se espera que la transición resulte en tasas de sustitución más alineadas con estándares europeos, sin comprometer la suficiencia básica de las pensiones mínimas, que seguirían siendo financiadas por impuestos.

Para llevar a cabo esta ambiciosa reestructuración del sistema de pensiones, Fedea hace hincapié en la importancia de un consenso político y social más amplio, así como en proteger a las poblaciones más vulnerables durante la transición. También se subraya la necesidad de una regulación robusta y coherente para gestionar el marco económico necesario para esta reforma transformadora.