Las autoridades de la Franja de Gaza han expresado su profunda preocupación por los efectos devastadores que está causando el bloqueo impuesto por Israel en la entrada de ayuda humanitaria, alertando que la crisis sanitaria está alcanzando niveles alarmantes.

En un comunicado difundido a través de su cuenta oficial de Telegram, el Ministerio de Sanidad de Gaza ha señalado que "la falta de medicamentos y suministros médicos ha alcanzado cifras insostenibles", instando de manera urgente a la comunidad internacional para que faciliten el envío de recursos esenciales a los hospitales y centros de salud de la región.

Según el comunicado, el 37% de los medicamentos vitales se encuentran completamente agotados, al igual que el 59% de los suministros médicos. El ministerio ha enfatizado que las áreas críticas, como salas de operaciones, cuidados intensivos y emergencias, están operando con una cantidad mínima de recursos, poniendo en riesgo la vida de cientos de pacientes.

Particularmente preocupante es la situación de 80,000 pacientes diabéticos y 110,000 personas con hipertensión que carecen de acceso a la medicación necesaria en sus centros de atención primaria. El Ministerio subraya que las restricciones de acceso a suministros médicos solo agravan la crisis, dificultando cada vez más la atención sanitaria a los heridos y enfermos en medio de la ofensiva militar que Israel ha intensificado desde los ataques del 7 de octubre de 2023.

Asimismo, advirtieron que 60,000 niños palestinos están en riesgo de enfrentar complicaciones severas de salud debido a la desnutrición. Esto se produjo justo después de que un portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel, Oren Marmorstein, afirmara que no hay "escasez de ayuda humanitaria" en Gaza, una declaración que contradice la realidad que viven los habitantes del enclave.

Marmorstein también mencionó que durante los 42 días de alto el fuego, que se rompió el 18 de marzo, se habían enviado más de 25,000 camiones con suministros a Gaza, a pesar de las denuncias del secretario general de la ONU, António Guterres, quien ha afirmado que la situación en la región es comparable a un campo de exterminio, donde los civiles se encuentran atrapados en un ciclo de violencia y muerte.

El nuevo bloqueo a la ayuda humanitaria fue impuesto por Israel aproximadamente dos semanas antes de que se reanudara su ofensiva, que ha resultado en un saldo devastador de cerca de 50,900 muertos y más de 115,000 heridos desde octubre de 2023, según datos de las autoridades de Gaza. A esto se suma el corte del suministro eléctrico a la región, una acción que solo ha empeorado la situación humanitaria que ya es crítica.