El 16 de junio, en un contexto de tensiones crecientes, las autoridades iraníes han anunciado la detención de aproximadamente 30 individuos bajo la acusación de tener relaciones con lo que denominan "el terrorismo del régimen sionista", tras el inicio de ataques por parte del Ejército de Israel en el territorio iraní a finales de la semana pasada.

De acuerdo con un comunicado oficial del sistema judicial iraní, la Fiscalía de Teherán ha establecido una sede especial para investigar esta situación. Se han abierto 15 casos distintos, y las fuerzas de seguridad han llevado ante la justicia a 28 personas acusadas de tener vínculos con actividades terroristas vinculadas a Israel.

Entre los detenidos se encuentran dos supuestos agentes del Mossad israelí, arrestados en las cercanías de Teherán con un arsenal que incluía más de 200 kilos de explosivos y un importante número de drones. Además, cuatro personas más están siendo procesadas por colaborar con gobiernos hostiles y mantener una relación de cooperación con los servicios de inteligencia israelíes.

Las acusaciones contra estos individuos abarcan desde el establecimiento de un centro de entrenamiento para el uso de drones, hasta el espionaje de infraestructuras militares y la propaganda destinada a fortalecer al régimen israelí. También se les acusa de actividades como la venta y almacenamiento ilegal de armas, y de estar asociados con grupos de oposición en Irán que perturban la estabilidad del país.

Esta información surge en un clima de alerta, donde el líder del poder judicial iraní, Gholam-Hosein Mohseni-Ejei, ha destacado que cualquier persona que participe en acciones que beneficien a Israel enfrentará severas consecuencias. En sus declaraciones, enfatizó que el régimen israelí ha provocado una guerra cuyos efectos serán devastadores. Mohseni-Ejei también criticó abiertamente el respaldo que Estados Unidos brinda a Israel, señalando que ello agrava aún más la situación regional.