El 4 de septiembre en Madrid, el ambiente en torno al conflicto en Oriente Medio se ha intensificado después de las declaraciones del ministro de Defensa de Israel, Israel Katz. Este jueves, Katz expresó que se prepara para desatar "las diez plagas" sobre los rebeldes hutíes, tras la reciente serie de ataques con misiles y drones desde Yemen, incluyendo un lanzamiento que, según informes del Ejército israelí, fue interceptado antes de llegar a su destino.

Katz no escatimó en sus palabras y a través de un mensaje en la plataforma social X advirtió sobre la reacción israelí, mencionando las plagas de "oscuridad" y "muerte del primogénito", sugiriendo que su país no se detendrá ante lo que considera provocaciones. Este tono de confrontación añade una nueva capa de tensión a un conflicto ya complicado en la región.

Los hutíes, por su parte, han mantenido silencio sobre el último ataque, aunque el miércoles reivindicaron el lanzamiento de dos misiles hacia Israel, describiendo la acción como parte de una "operación cualitativa" dirigida a "objetivos sensibles" en Tel Aviv. Esta retórica marcó un escalonamiento en el intercambio de golpes entre ambos bandos.

En medio de esta escalada, el grupo rebelde hutí confirmó la muerte de Ahmed Ghaleb al Rahwi, el primer ministro de facto de las autoridades que controlan las zonas bajo su mando en Yemen, así como de otros funcionarios durante un reciente bombardeo israelí en Saná. Este trágico evento ha llevado a los hutíes a prometer una represalia contundente contra Israel.

Desde 2015, los hutíes han mantenido el control sobre Saná y otras áreas del norte y oeste de Yemen. En respuesta a la ofensiva israelí sobre Gaza, que se intensificó tras los ataques del 7 de octubre por parte de Hamás y otras facciones palestinas, han incrementado sus ataques contra Israel y barcos vinculados al país, reflejando la complejidad y la interconexión de los conflictos en la región.