
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha presentado la reciente decisión del Ejército como un intento de "diplomacia", afirmando que el acto se llevará a cabo dentro del territorio israelí.
Como parte de la campaña militar intensificada en la Franja de Gaza tras los ataques del 7 de octubre de 2023, las Fuerzas de Defensa de Israel han comenzado a instalar altavoces para transmitir el discurso de Netanyahu en la Asamblea General de la ONU, programado para este jueves.
La administración de Netanyahu ha justificado esta controvertida medida, afirmando que es "esencial para los esfuerzos diplomáticos", y ha dado instrucciones para que se coloquen altavoces en el área fronteriza con Gaza. "Este discurso debe ser escuchado en Gaza", se expresa en un comunicado, donde también se afirma que no se pondrá en riesgo la seguridad de las tropas durante esta actividad.
El plan, respaldado por el Mando Sur del Ejército, ha suscitado inquietud entre analistas y expertos, quienes lo han calificado de "guerra psicológica" y han cuestionado su eficacia militar. La iniciativa ha sido criticada, con voces que sostienen que no se comprenden sus beneficios en el contexto del conflicto actual.
Además, familiares de los rehenes secuestrados por Hamas durante los ataques han manifestado su desacuerdo. Lishay Miran-Lavi, cónyuge de uno de los secuestrados, instó a que en lugar de discursos mediáticos, se comunique una auténtica intención de negociación para lograr su liberación y poner fin a las hostilidades.
Un colectivo de madres de soldados también ha alzado la voz contra las acciones de Netanyahu, cuestionando el uso de sus hijos en lo que consideran una campaña política personal. Este grupo, denominado Ima Era, ha enfatizado la responsabilidad del Ejército en la protección de sus soldados, sugiriendo que no deben ceder a decisiones que comprometan sus vidas.
Algunos padres de soldados han calificado la decisión como "ilegal" y potencialmente peligrosa, argumentando que crea tensión innecesaria con la población de Gaza y pone en riesgo a sus hijos en combate. En una carta dirigida al Ejército y al Ministerio de Defensa, expresaron su preocupación por lo que consideran un desprecio sin precedentes hacia la vida militar en el contexto actual de la guerra en Gaza, que, según ellos, debe terminar.
Hasta ahora, la ofensiva israelí ha resultado en la muerte de más de 65.500 palestinos y alrededor de 167.000 heridos, según informes de las autoridades de Gaza, lo que ha llevado a crecientes críticas por parte de la comunidad internacional respecto a las acciones del Ejército israelí y el acceso restringido a ayuda humanitaria en la región.
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