
La situación en la República Democrática del Congo se ha tornado aún más crítica, tras la confirmación por parte de Naciones Unidas del fallecimiento de tres pacificadores de la MONUSCO, la misión de mantenimiento de la paz en la región. Durante las últimas 48 horas de intensos combates con la milicia del Movimiento 23 de Marzo (M23), un soldado uruguayo ha perdido la vida, sumándose a los dos efectivos sudafricanos que también murieron. Este trágico desenlace se produce en un contexto marcado por graves riesgos humanitarios en la provincia de Kivu Norte.
El destino del soldado uruguayo, cuya identidad ha sido revelada como Rodolfo Álvarez, resuena especialmente, pues deja atrás a dos hijas pequeñas, de cuatro meses y cuatro años. La pérdida ha sido confirmada por el ministro de Defensa de Uruguay, Armando Castaingdebat, durante una rueda de prensa en la que enfatizó la alarmante situación de seguridad en la región. Este suceso se suma a los otros trágicos incidentes, donde un total de siete militares sudafricanos también han perdido la vida en otras operaciones de paz en la República Democrática del Congo (RDC).
Además de los tres fallecimientos, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, ha informado que al menos once pacificadores han resultado heridos en estos enfrentamientos. Estos efectivos están siendo tratados en el hospital de la ONU ubicado en Goma, la capital de Kivu Norte, donde la MONUSCO ha tomado la decisión de evacuar a su personal no esencial, ante la creciente amenaza representada por el ultimátum del M23 que exige la rendición de todas las fuerzas que se oponen a ellos, incluyendo el ejército congoleño y las fuerzas de paz de la ONU.
Las Naciones Unidas han renovado su llamado al respeto de un alto el fuego, acordado en agosto de este año en Angola, aunque lamentablemente esta tregua fue violentamente ignorada casi de inmediato, excluyendo al M23 del mismo. Además, la ONU ha reiterado sus acusaciones hacia Ruanda, a quien se le imputa la provisión de apoyo militar a las milicias rebeldes, una afirmación que el gobierno de Kigali ha negado de manera contundente.
En medio de este panorama alarmante, el Consejo de Seguridad de la ONU se reúne de urgencia esta tarde para discutir la grave situación en RDC. Esta reunión fue convocada para evaluar la crisis humanitaria que se desata en medio de los enfrentamientos entre el M23 y las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.
El relato sobre la tragedia de Álvarez pone de relieve la extrema vulnerabilidad de los pacificadores en esta zona de conflicto. El comandante del Ejército uruguayo, Mario Stevenazzi, ha detallado que los efectivos de la ONU se encontraron rodeados por las fuerzas del M23, y aunque intentaron retirarse, se encontraron con obstáculos insalvables. Stevenazzi recalca que la ONU no cuenta con los recursos necesarios para enfrentarse a un adversario tan poderoso, como lo es el M23.
En su defensa, el Ejército uruguayo ha informado que el vehículo blindado que transportaba a Álvarez fue directamente impactado por un proyectil, posiblemente un mortero. Este ataque, con una puntería tan precisa, sugiere que hubo una intencionalidad detrás del asalto, lo que pone en evidencia una planificación deliberada para provocar daños a las fuerzas de la ONU en la región.
La situación en Kivu Norte es insostenible; más de 400.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y desplazarse hacia Goma debido a las ofensivas de las milicias. Esta región, que ya estaba bajo un estado de excepción prácticamente ineficaz desde 2021, se encuentra en un caos que dificulta cualquier intento de contabilizar las víctimas mortales, mientras la violencia y la inseguridad crecen descontroladamente.
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