 
                                        BRUSELAS, 20 de octubre.
En un giro preocupante de los acontecimientos, la Unión Europea ha manifestado este lunes su inquietud acerca de la sincera intención de paz del presidente ruso, Vladimir Putin, en el contexto del conflicto en Ucrania. En este sentido, ha solicitado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que intensifique la presión sobre Moscú previo a la reunión programada en Budapest, que también debería incluir al líder ucraniano, Volodimir Zelenski.
La Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, al llegar a la reunión de ministros de Exteriores en Luxemburgo, hizo un llamado claro a Washington para que utilizara su influencia a fin de forzar a Putin a entrar en un diálogo. Esto llega después de que se conociera que Trump habría instado a Ucrania a considerar las condiciones propuestas por Rusia para establecer la paz.
Kallas expresó su escepticismo: "Si bien todos los esfuerzos son bien recibidos, no percibimos un genuino deseo de paz por parte de Rusia. Su lenguaje es el de la fuerza, y únicamente se sienta a negociar cuando se ve respaldada por una presión significativa. En este momento, eso no se está evidenciando", señaló la jefa de la diplomacia europea.
La funcionaria recalcó que la clave está en aplicar presión sobre el Kremlin, sugiriendo que Trump debería actuar en consecuencia, ya que el éxito de la cumbre de Budapest sigue siendo incierto. "Estados Unidos cuenta con un poder considerable para instar a Rusia a la mesa de negociación. Si lo hicieran, indudablemente sería un paso positivo hacia un alto el fuego", argumentó.
Kallas también subrayó la importancia de incluir a Zelenski en las conversaciones, argumentando que Ucrania debe ser la que defina cualquier acuerdo final con Rusia tras la invasión iniciada por el Kremlin en 2022. "Ceder ante el agresor enviaría un mensaje equivocado al mundo; no solo luchamos por la soberanía de Ucrania", aseguró.
A medida que se acerca la reunión, varios ministros europeos han enfatizado la urgencia de que el encuentro en Budapest produzca resultados tangibles para finalizar la guerra en Ucrania. Según Jean-Nöel Barrot, ministro de Exteriores francés, la presencia de Putin en territorio de la UE "solo tendría sentido si permite acordar un alto el fuego inmediato e incondicional", a la luz del mandato de arresto del Tribunal Penal Internacional sobre el líder ruso.
Barrot agregó que los plazos están en contra de Rusia, cuya economía bélica muestra signos de desgaste. Tras casi tres años de guerra, Moscú solo ha conseguido capturar el 15% del territorio ucraniano. Refuerzos en las sanciones y el uso potencial de activos rusos para respaldar militarmente a Kiev son algunos de los elementos en juego para los próximos años.
Por su parte, el ministro danés Lars Lokke Rasmussen insistió en la necesidad de mantener un apoyo firme hacia Ucrania, subrayando que Hungría, como anfitriona de la cumbre, "no es quien organiza el evento, sino que simplemente proporciona la sede".
Rasmussen también apoyó la propuesta de Trump para un alto el fuego en el frente de contacto, considerándolo un avance crucial. No obstante, destacó que los países europeos deben seguir ampliando su respaldo a Ucrania.
Desde los Países Bajos, el ministro de Exteriores David Van Weel subrayó que Trump es fundamental para reunir a todas las partes en la mesa de negociaciones. Hizo hincapié en que la UE debe garantizar que Kiev se mantenga en una posición sólida mediante apoyo militar y asistencia financiera.
En Finlandia, la titular de Exteriores, Elina Valtonen, reafirmó que Rusia no da muestras de querer paz y que Ucrania "no necesita el consentimiento de Occidente para rendirse". Afirmó que es crucial que los europeos tomen decisiones firmes sobre las sanciones y mantengan la defensa de la libertad en Ucrania.
Finalmente, la ministra letona Baiba Braze reiteró que el camino hacia la paz pasa por ejercer presión sobre Rusia y continuar el apoyo a Ucrania, sugiriendo que los activos rusos congelados en Europa podrían ser utilizados para ese fin. "Es evidente que esos bienes no regresarán a Rusia", concluyó, señalando la necesidad de definir "aspectos prácticos" para asegurar la utilización efectiva de esos fondos sin comprometer a los Estados miembros.
El ministro irlandés de Exteriores, Simon Harris, subrayó que el Kremlin solo responde al fortalecimiento de la presión y por ello, instó a la UE a intensificar su postura hacia Rusia para llevarla a la mesa de negociación.
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